Al cumplirse hoy 60 años de los asesinatos de las hermanas, Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, por parte del sátrapa Rafael Leónidas Trujillo Molina, la Comisión de Género del Concejo Municipal del Ayuntamiento de Santiago, dirigido por e alcalde Abel Martínez, depositó una ofrenda floral, ante los bustos de las tres mariposas, en el parque que lleva su nombre.
La regidora María Cruz, presidenta de dicha comisión, en compañía del presidente del Concejo Municipal, el regidor Ambioris González y de los también regidores, Amelia Nuñez, vicepresidente del concejo, Engels de Jesús, Lorena Cunillera, Eddy Taveras y Giokapel Arias, encabezó el acto en recordación del vil asesinato que arrancó las vidas de las heroínas de Salcedo.
María Cruz, al referirse a este acontecimiento que ha marcado para siempre al pueblo dominicano, dijo hacían honor a las tres heroínas y que más que recordar sus muertes, es un momento de reflexión para saber si ha valido la pena las muertes de tantas mujeres a causa de la violencia que se vive en nuestro país el mundo.
“Es importante reflexionar y meditar y entender de cada ser humano merece respeto, que el hombre debe de respetar a la mujer y de igual forma a mujer debe de respetar al hombre, que se entienda que la mujer da la vida y que es el mejor regalo que Dios le ha dado al mundo”, dijo la regidora.
Cruz indicó que la mujer no merece ser abusada y que en este día en que recordamos a las hermanas Mirabal, tanto el hombre como la mujer deben respetarse mutuamente y que en definitiva es lo que realmente dará la paz entre los seres humanos.
Patria, de 36 años; Minerva (34) y María Teresa (25), casadas, con hijos y conocidas como Las Mariposas, fueron brutalmente asesinadas a golpes junto Rufino de la Cruz, amigo de la familia y quien conducía el auto en que viajaban la noche del 25 de noviembre de 1960 cuando las activistas políticas regresaban de visitar a sus esposos presos en Puerto Plata.
Las tres hermanas Mirabal, desafiaron al sanguinario dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo (1930-1961) y pagaron con sus vidas por ello, convirtiéndose en un símbolo de la lucha contra la violencia femenina, un flagelo que, sin embargo, sigue desangrando al mundo.