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El poderoso huracán Laura ha dejado al menos 15 fallecidos a su paso por Estados Unidos, mientras que miles de vecinos de Luisiana y Texas se han quedado sin electricidad y agua y no saben cuándo podrán volver a acceder a esos servicios.

Altice

Según los datos difundidos por las autoridades este sábado, el número de muertos ha alcanzado ya 15, con 10 fallecidos en Luisiana y cinco en Texas, los dos estados más golpeados por el huracán.

Las autoridades han atribuido la mitad de los decesos a envenenamiento por monóxido de carbono debido al mal estado de generadores de electricidad dentro de las viviendas.

Las últimas víctimas mortales son un hombre de 84 años y una mujer de 80, vecinos de Allen Parish (Luisiana) , que murieron envenenados por ese gas debido, informó este sábado el Departamento de Salud de ese estado.

El gobernador de Luisiana, el demócrata John Bel Edwards, ha asegurado que Laura es el huracán que ha golpeado con más fuerza al estado en toda su historia, lo que significa que supera el impacto de Katrina, que en 2005 pasó por Luisiana como una tormenta de categoría 3.

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El viernes, Edwards explicó que el huracán Laura ha dejado inundaciones de hasta 4,5 metros de altura.

SIN AGUA NI ELECTRICIDAD

Además, el Departamento de Salud de Luisiana estima que más de 220.000 personas están sin agua y ha avisado que la restauración de ese servicio puede llevar semanas o meses, mientras que la reconstrucción completa de los edificios dañados podría prolongarse años.

Entretanto, la web especializada Poweroutage estima que 412.000 personas están sin electricidad en Luisiana y 79.7000 no tienen servicio eléctrico en Texas.

Los daños en Luisiana están valorados entre 8.000 y 12.000 millones de dólares, de acuerdo a las compañías de seguros, que ya han empezado a recibir peticiones.

En Texas, el huracán provocó menos estragos entre los ciudadanos pero ocasionó el cierre de plataformas petroleras y una reducción del 84% de la extracción de petróleo en el Golfo de México, lo que supone casi el mismo impacto que sufrió la producción durante el huracán Katrina hace 15 años, cuando hubo una reducción del 90%.

En Texas y Luisiana, el huracán ha provocado enormes daños estructurales, ha destrozado carreteras y causado incendios en viviendas.

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PLANTA PETROQUÍMICA

Además, destaca el incendio en una planta petroquímica cerca de la localidad de Lake Charles (Luisiana) y en donde los bomberos seguían combatiendo las llamas a última hora del viernes.

Se trata de una planta industrial que fabrica productos a base de cloro y que tras estallar en llamas emitió una amplia humareda tóxica, por lo que las autoridades instaron a los residentes a ponerse a cubierto, cerrar ventanas y puertas y no poner el aire acondicionado.

El presidente de EE.UU., Donald Trump, visitó este sábado las zonas más golpeadas por el huracán y se reunió con las autoridades locales de Luisiana y Texas.

En declaraciones a la prensa, vestido con una gorra roja, el mandatario presumió de la ayuda federal que ha aprobado para ambos estados con el fin de impulsar su recuperación.

Laura, ya debilitada, ha dejado lluvias torrenciales y tornados en el sur de EE.UU., mientras que Carolina del Norte y Virginia hoy podrían sufrir el mayor impacto, según el servicio meteorológico.

Cuando la tormenta vuelva al Océano Pacífico, se prevé que se convierta de nuevo en tormenta tropical y podría amenazar Newfoundland, en Canadá.

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