Uno, Max Verstappen, tuvo un accidente de camino a la parrilla; el otro, Valtteri Bottas, protagonizó la peor salida que se recuerda desde una primera línea. Se secaba el asfalto en Hungaroring y las vueltas iniciales fueron una locura, con atasco en el pit lane para cambiar neumáticos antes que nadie. Pasó de todo en las primeras diez vueltas de la carrera, pero probablemente Lewis Hamilton ni siquiera se enteró: desde la pole, el seis veces campeón del mundo permaneció ajeno a todas las batallas con un Mercedes perfecto para ganar por octava vez el GP de Hungría y ya es el líder del Mundial. De poco sirve la danza de la lluvia en la Fórmula 1 si, cuando llega, se amplía aún más su ventaja: dobló a todos los pilotos hasta el quinto puesto.



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— Mercedes-AMG F1 (@MercedesAMGF1) July 19, 2020
La carrera del madrileño, décimo con el McLaren, vale más que el punto que suma. Una vez más, su paso por boxes inicial fue desastroso con otro cambio de neumáticos de cuatro segundos y un toque con Latifi, que fue sancionado. Del sexto puesto virtual quedó fuera del top-10, superado por rivales directos. Debió trabajarse la remontada gestionando los neumáticos y parando varias vueltas más tarde que el resto y la coronó, a cinco vueltas para la conclusión, con un estudiado adelantamiento sobre el Ferrari de Leclerc. Importante marcar territorio ante quien será su próximo compañero en Maranello, y es justo decir que el Ferrari y el McLaren son dos coches muy parejos esta temporada. El monegasco acabó fuera de los puntos, como Lando Norris, otro que tiró por tierra sus opciones con una muy mala salida y una estrategia mejorable.

