Uno, Max Verstappen, tuvo un accidente de camino a la parrilla; el otro, Valtteri Bottas, protagonizó la peor salida que se recuerda desde una primera línea. Se secaba el asfalto en Hungaroring y las vueltas iniciales fueron una locura, con atasco en el pit lane para cambiar neumáticos antes que nadie. Pasó de todo en las primeras diez vueltas de la carrera, pero probablemente Lewis Hamilton ni siquiera se enteró: desde la pole, el seis veces campeón del mundo permaneció ajeno a todas las batallas con un Mercedes perfecto para ganar por octava vez el GP de Hungría y ya es el líder del Mundial. De poco sirve la danza de la lluvia en la Fórmula 1 si, cuando llega, se amplía aún más su ventaja: dobló a todos los pilotos hasta el quinto puesto.
La salida fue plácida para Hamilton, pero complicadísima para su compañero finlandés, que se la saltó por milésimas y debió detenerse y reemprender la marcha después. Perdió posiciones descaradamente, igual que Sergio Pérez o Lando Norris. Con el asfalto deslizante y los Pirelli intermedios, se creció Mad Max unos minutos después de estrellar el Red Bull en la vuelta de reconocimiento. Es un milagro que empezara la carrera después de destrozar el alerón delantero y parte de la suspensión, pero sus mecánicos son tan buenos como él. La gesta fue alcanzarse con la segunda plaza después de empezar séptimo con un coche muy inestable. Pasó a Lance Stroll en la pista y se defendió de los ataques de Bottas, que remontó por el poderío de su Mercedes, no por la brillantez de sus maniobras (sufrió con Leclerc en las lonas y pasó al canadiense de Racing Point con un undercut, no en la pista). Verstappen y Bottas, teóricos rivales de Hamilton por el título, completaron el podio.
En esa jungla de pit stop emergieron los Haas al principio: pararon antes de darse la salida a poner las gomas de seco y rodaron en el top-5 durante el primer tercio de la prueba. Después cedieron, era inevitable, pero Kevin Magnussen defendió el frente hasta lograr un noveno puesto. Delante de él, cuarto puesto de Lance Stroll seguido de Alex Albon (Red Bull) y un digno Sebastian Vettel con el Ferrari. Fue un intenso tren en la lucha por los puntos que completaron Sergio Pérez, Daniel Ricciardo, el danés, Carlos Sainz y Charles Leclerc.
EIGHT WINS IN HUNGARY 🙌🙌🙌 pic.twitter.com/LiBCi72Tf0
— Mercedes-AMG F1 (@MercedesAMGF1) July 19, 2020
La carrera del madrileño, décimo con el McLaren, vale más que el punto que suma. Una vez más, su paso por boxes inicial fue desastroso con otro cambio de neumáticos de cuatro segundos y un toque con Latifi, que fue sancionado. Del sexto puesto virtual quedó fuera del top-10, superado por rivales directos. Debió trabajarse la remontada gestionando los neumáticos y parando varias vueltas más tarde que el resto y la coronó, a cinco vueltas para la conclusión, con un estudiado adelantamiento sobre el Ferrari de Leclerc. Importante marcar territorio ante quien será su próximo compañero en Maranello, y es justo decir que el Ferrari y el McLaren son dos coches muy parejos esta temporada. El monegasco acabó fuera de los puntos, como Lando Norris, otro que tiró por tierra sus opciones con una muy mala salida y una estrategia mejorable.