La Unión Europea anunció el martes una lista de países cuyos ciudadanos podrán ingresar a los 31 países de la región, pero negó el ingreso a los estadounidenses durante al menos dos semanas más debido al brusco aumento de los casos de coronavirus en Estados Unidos.
Tampoco podrán entrar viajeros de otros países grandes como Brasil, India y Rusia.
Ciudadanos de los siguientes países podrán ingresar a los 27 estados miembros de la UE y otros cuatro países de la zona Schengen, de tránsito sin fronteras: Argelia, Australia, Canadá, Corea del Sur, Georgia, Japón, Montenegro, Marruecos, Nueva Zelanda, Ruanda, Serbia, Tailandia, Túnez y Uruguay.
La UE dijo que China está “sujeta a la confirmación de reciprocidad”, lo cual significa que deberá anular todas las restricciones sobre los ciudadanos europeos que ingresan a su territorio antes de permitir el ingreso de ciudadanos chinos.
Los países incluidos en la lista también deberán levantar todas las restricciones sobre viajeros europeos.
Ante el tremendo impacto del coronavirus, países del sur del continente como Grecia, Italia y España están desesperados por atraer a los amantes del sol e insuflar vida en sus maltrechos sectores turísticos.
Más de 15 millones de estadounidenses viajan anualmente a Europa y unos 10 millones de europeos cruzan el Atlántico en el sentido contrario.
Con todo, mucha gente dentro y fuera de Europa teme viajar en la era del coronavirus, dada la imprevisibilidad de la pandemia y la posibilidad de nuevos brotes que pudieran afectar los vuelos y las reservaciones de hotel. Decenas de miles de viajeros en marzo se encontraron con una situación caótica al intentar volver a casa cuando la pandemia se extendía por el mundo y se cerraban las fronteras.
La cifra diaria de casos nuevos ha aumentado bruscamente en Estados Unidos durante la semana pasada. El país tiene el brote más grave del mundo, con casi 2,6 millones de casos confirmados y más de 126.000 muertos, de acuerdo con un recuento de la Universidad Johns Hopkins. Según los expertos, las cifras reales son más altas.
En cambio, aparte de un brote reciente vinculado con una planta de procesamiento de carnes en el oeste de Alemania, la propagación del virus se ha estabilizado en buena parte de Europa continental.