SANTO DOMINGO– Para la educadora y directora de la Escuela República de Colombia, Anny Eloísa Martínez, elegir la carrera de magisterio fue un acto de mucho amor y vocación. A sus 28 años ya dirigía un centro educativo con cientos de estudiantes y decenas de maestros, siendo una de las más jóvenes en alcanzar ese mérito, no solo de la Regional 15, sino de todo el país.
“Para ser maestra hay que sentir que Dios te ha dotado de este don de instruir y debe emplearse de la mejor manera posible. Todas las habilidades se deben utilizar con la mayor calidad o, de lo contrario, no se desarrollarán y no se podrá seguir creciendo”, acotó la pedagoga, quien también es un ejemplo de tenacidad porque fue madre adolescente y nunca perdió el rumbo de sus metas.
La docente cursó sus estudios primarios y secundarios en la escuela Inmaculada Fe y Alegría y, por su alto índice académico, obtuvo una beca a través del Instituto Nacional de Formación y Capacitación Magisterial (Inafocam), para estudiar licenciatura en Educación Básica en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), donde se graduó magna cum laude.
Luego, continuó su preparación profesional realizando una maestría en Gestión y Planificación de la Educación en la Universidad Católica Madre y Maestra.
Inició su carrera laboral en el sistema educativo público en la escuela República de Perú, luego de participar en el Concurso de Oposición Docente 2012, impartiendo docencia en el Nivel Básico; más adelante pasa a la escuela República de Haití, donde trabajaba con alumnos de Secundaria en la tanda matutina y en la nocturna con Básica de Adultos.
Luego de dos años alfabetizando a personas adultas, por su dedicación y desempeño, pasó a fungir como directora interina del centro educativo nocturno Amelia Ricart Calventi, del sector Capotillo del Distrito Nacional, donde trabajaba con jóvenes de 14 años en adelante, lo que constituyó un gran reto y, a la vez, una gran satisfacción para Anny, quien ya cuenta con 10 años de ejercicio profesional.
Para optar por un puesto de directora participó nueva vez en el Concurso de Oposición Docente 2015, el cual aprobó y pasó a dirigir la escuela de Jornada Escolar Extendida República de Colombia, donde labora actualmente.
“El magisterio es una carrera de amor y labor social. A través de ella puedes ayudar mucho y marcar la vida de los estudiantes. Lo que puedes lograr con los alumnos en el aula se va a manifestar en todos los ámbitos de la sociedad, y es de vital importancia dar el todo por el todo en la escuela, porque es la profesión que prepara a las demás para el futuro.
Expresó que cada niño es único y el maestro puede ir logrando cambios significativos en cada uno, no solo en el aula, sino en todas las áreas en que se desenvuelve.
Sostuvo que el educador debe sentir pasión por lo que hace, ya que no hay pago mayor que ver a los estudiantes ser el ejemplo y el futuro de la sociedad con grandes competencias para un buen desarrollo como persona.
“Es por eso que cada maestro debe mostrar una actitud positiva en su ambiente educativo, ya que la escuela es el segundo hogar de los alumnos por lo que debe existir en el mismo una atmósfera adecuada donde se sientan en confianza y con disposición de aprender”.
Madre de Anel, Darian y Amanda; esposa de Deivy Almánzar, también docente de educación física. La educadora entiende que la familia juega un papel vital en la formación de los niños, ya que el apoyo y la motivación de los padres hacia los hijos, será suficiente para que estos avancen en cualquier meta que se tracen.