La adquisición del jardinero Aneury Tavárez aporta un bateador zurdo que las Águilas Cibaeñas estaban necesitando, afirmó el manager del equipo y máximo ganador de coronas Félix Fermín.
El capataz mamey señaló que la falta de un bateador zurdo fue parte de las dificultades que tuvo la temporada pasada, cuando se hizo cargo del equipo en una situación precaria.
Tavárez llegó a las Águilas procedente de las Estrellas Orientales por el jardinero Rainel Rosario, en el primer movimiento que hizo el gerente general Ángel Ovalles después de concluido el campeonato.
Fermín habló ampliamente con la periodista Raquel Infante en su espacio “Pa’ Que te Enteres”, donde explicó varios de los planes que tiene para el conjunto de cara al próximo torneo que comienza en octubre.
“Muchas veces tenía deseo de poner a Luis Valenzuela en la alineación, pero me quedaba sin bateadores zurdos”, explicó Fermín con relación a la adquisición de Tavárez.
La situación se empeoró con la falta de un bateador zurdo, cuando Leody Taveras terminó su participación en el equipo, lo que se notó de inmediato, donde el equipo necesitando un zurdo no lo tenía para usarlo.
Agregó que si hay que hacer otros cambios se harán, pero que en la actualidad tienen un buen elenco de jugadores para dar la batalla en la próxima temporada.
En cuanto a Carlos Gómez dijo tener la esperanza de que este se decida a jugar un año más, ya que puede ser un hombre que ayude mucho al equipo.
VICISITUDES
El Gato Fermín narró como tuvo que andar por los tejados al principio de su carrera, incluso durmiendo en la mesa de masajes en el dogout del equipo en el estadio Cibao, cuando estaban jugando fuera.
“No había forma para viajar a Mao a la hora que uno llegada y tenía que quedarse en el club house para salir temprano al día siguiente”, explicó Fermín.
Indicó que esa situación era diferente cuando jugaban en Santiago, ya que el Franklin Muñoz, el padre de Arnaldo Muñoz lo llevaba a su casa después de los partidos.
“Es un gesto que le agradeceré eternamente a Franklin, con quien jugué beisbol amateur”, sostuvo.
¡CEBOLLAS!
Fermín fue firmado por los Piratas de Pittsburgh por la suma de 15 mil dólares, que en 1983 era un excelente bono.
El dinero lo tomó su padre que vivía en Laguna Salada y lo sembró todo de cebollas en una tierra que tenía.
“Es decir, que el bono mío se convirtió en tierra y cebollas”, dice con una amplia sonrisa.
Félix se hizo un especialista en tocar la pelota y recuerda que en un partido se sacrificó cuatro veces en 1989, año que terminó con 32 sacrificios.
El Gato tenía vista felina y era difícil de ponchar y abanicaba una vez cada 34.3 turnos que agotaba.
Por Tuto Tavárez