Algo tiene el lugar de trabajo para que se haya convertido en uno de los sitios más frecuentes en la clasificación de fantasías sexuales
La mezcla entre que es un espacio ‘prohibido’ (a nadie le apetece jugarse el sueldo por un momento de pasión) y la cantidad de horas que pasamos en él, en las que es inevitable pasar algún momento de mayor excitación, le da ese punto de morbo.
Y aunque es difícil cumplir esa fantasía en la mayoría de profesiones (aunque todos conocemos de primera mano alguna excepción), lo cierto es que el teletrabajo se ha convertido en la mejor oportunidad para quienes la tenían pendiente.
Ya no hace falta imaginar qué haríamos si estuviéramos a solas con esa persona cerca de la impresora o en los baños de la oficina.
Desde que hacemos las tareas en nuestra propia casa, es más que posible encontrar el momento para tachar la fantasía de la lista.
Puede que el morbo de hacerlo en la oficina no sea igual, pero al final consiste en incluir el sexo en la jornada laboral. Lo que no quiere decir que dejemos el trabajo en un segundo plano.
En todo caso, quienes se animen a probarlo tendrán que planificarlo de manera que no afecte de forma negativa.
Aquellos con trabajo autónomo lo tendrán mucho más fácil a la hora de organizarse. Para los demás, recomiendo buscar alguna hora en la que la cantidad de trabajo sea menor para que, en ningún caso, el sexo disminuya el rendimiento, todo lo contrario.
También puede sustituir a las pausas del café como moneda de cambio. Ese momento de desfogue va a ser mucho más estimulante. Además, volverás a tu puesto con mejor humor y las energías al máximo.
Por último, recordar que es mejor dejarlo para otro día si tienes una reunión programada. Ya son demasiadas videollamadas de trabajo que han terminado convirtiéndose en virales porque a alguien se le olvidó la ropa o apagar la cámara cuando iba al baño.