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Señala que el fracaso de las elecciones suspendidas de febrero le costó al país más de 5 mil millones de pesos y deben responder por ello

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Presidente del organismo sabia de la incompetencia del director de informática por lo que había sido separado y aun así lo designó

La Alianza Dominicana Contra la Corrupción, ADOCCO, pidió este jueves públicamente a los miembros de la Junta Central Electoral que presenten su renuncia irrevocable, ante el senado de la república, por su fracaso gerencial, que provoco que las elecciones pautadas para el pasado 16 de febrero, fueran suspendidas, lo que pudo haber ocasionado una desestabilización a la institucionalidad del país, lo que no ocurrió por la actitud reflexiva de los partidos, sectores productivos y las organizaciones de la sociedad civil.

Lo ocurrido pudo ser evitado, si el presidente del organismo comicial, no hubiese insistido en la compra de equipos para la automatización del sufragio, por lo que se invirtieron más de 15 millones de dólares, así como la designación del director de informática, que había sido separado de la misma por el pasado presidente de la Junta, Roberto Rosario, por incompetente, de lo que tenía Julio Cesar Castaños Guzmán, conocimiento, permitiendo que este sugiriera la implementación de programas informáticos elaborados por ellos, carentes de certificaciones confiables, lo que genero cuestionamientos por algunos partidos reconocidos.

Los informes presentados por la Organización de Estados Americanos, OEA y la Unión Interamericana de Organismos Electorales, UNIORE, establecen que las suspendidas elecciones, fueron el resultado, de la falta de gestión, lo que necesariamente debe recaer en sus máximos representantes, no en simples subalternos, como de manera irresponsable, el presidente de la entidad, trata de escurrir el bulto, al disponer la desvinculación del director de informática Miguel Ángel García, luego de establecerse, que hubo debilidades técnicas y mal manejo del proceso a cargo de la Junta Central Electoral, con una inversión RD$5,200 millones de pesos, más los RD$1,008 millones destinados para la compra de los equipos del voto automatizado que se utilizaron en las primarias y que si bien formaban parte del presupuesto de ese evento, los mismo se utilizarían para las elecciones municipales, que bien podrían estar siendo utilizados para enfrentar la envestida de la pandemia del Covid-19.

Los miembros de la Junta central Electoral, tienen responsabilidad en lo ocurrido, ya que de acuerdo al informe técnico, en el proceso de pruebas de los equipos se habían detectados las fallas, que no fueron del día del montaje, pudiendo estos disponer con el consentimiento de los actores del proceso, la utilización del voto manual, como en efecto por su ineptitud, tuvo finalmente que emplearse en las elecciones del pasado mes de marzo, donde nuevamente tuvo que hacerse una inversión por más de 5 mil millones de pesos, a costa del pueblo dominicano.

A modo de ilustración, como soporte del pedido de renuncia, la organización de la sociedad civil, que lucha contra la corrupción y vela por el fortalecimiento institucional, cita la conclusión a la llegó la Unión Interamericana de Organismos Electorales, UNIORE, en su evaluación técnica sobre los fallos de varios equipos del sistema del voto automatizado durante las elecciones.

1. La ejecución de un proceso de personalización de urnas carente de un adecuado control de integridad de la información (debido a un defecto del software), es la causa raíz del primer incidente, que desencadenó en una sucesión de acciones e imprecisiones que derivaron finalmente en la suspensión de las elecciones. El defecto no se detectó durante la fase de prueba, debido a que no se realizó un adecuado testing del software. Ya durante la personalización de las urnas, se materializó la falla, puesto que al no contar con el control de integridad, dicho proceso permitió personalizar urnas con la oferta electoral incompleta (no incluía a todos los candidatos). Es por esta razón que el día de las elecciones muchos equipos no contaban con todos los candidatos en el sistema. Cabe señalar que no se hizo un control de calidad antes del despliegue, lo que hubiese permitido detectar la falla oportunamente (antes que se enviasen los equipos a los recintos).

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2. La no estandarización de las imágenes coadyuvó a la falla y representa una mala práctica en la gestión de la oferta electoral de procesos con voto electrónico (denominado voto automatizado por la JCE). La oferta electoral a descargar desde los servidores a las urnas durante la personalización era en algunos casos de gran tamaño en bytes.

3. No haber analizado la capacidad de las redes e infraestructura para personalizar el número de urnas previsto (en pocas horas), y el recurrir posteriormente a modalidades no contempladas ni probadas para esta tarea, como el uso de conexiones inalámbricas mediante módems USB, precipitó la falla. La inclusión inicialmente de seis módems 3g afectó a un número menor de urnas y, pese a que no se pudo reproducir la falla durante la auditoría, hay evidencias de que la falta de control de la integridad impidió detectar fallas en la personalización con esta tecnología.

4. Permitir posteriormente el uso de una tecnología inalámbrica como módems 4g sin controles previos ni solicitud de soporte al proveedor, existiendo un antecedente de falla en la personalización de las elecciones primarias (que, según la JCE, fue resuelto en dicha oportunidad como se expresa en el hallazgo 6), resultó determinante para la materialización de la falla. Durante la auditoría, se comprobó un elevado número de personalizaciones incorrectas, fruto del empleo de dicha tecnología; así como también se pudo comprobar la persistencia de la falla reproduciéndola en múltiples ocasiones. Se Auditoría Voto Automatizado Elecciones Municipales 2020 – República Dominicana 39 reitera, no obstante, que si el procedimiento hubiese contado con el control de integridad, el empleo de esta tecnología no hubiese impactado en el resultado de la personalización.

5. Una vez detectada la falla en la oferta electoral se buscó remediar. Esta actividad fue interrumpida a solicitud de los partidos políticos. Fue un error estratégico estimar que de 5:00 a.m. a 7:00 a.m. del domingo se podía revisar la oferta electoral del voto automatizado en todo el país y remediar las que estuviesen incorrectas.

6. El inicio de la votación con la oferta electoral incorrecta en un grupo importante de colegios electorales demostró una falencia en la comunicación, falta de coordinación del personal a cargo del operativo y una deficiente estrategia de mitigación. Esto configuró una situación insalvable para este grupo importante de mesas que inevitablemente debían anularse posteriormente.

7. La falla en la mitigación, que ocasionó la incorrecta re-personalización al descargar datos de otro colegio electoral en lugar del esperado, terminó por configurar un escenario de desconcierto en el personal técnico; esto, sumado a lo señalado en párrafos precedentes, culminó en la suspensión de las elecciones. Esta falla en la mitigación no fue expuesta a la sociedad, tampoco a los observadores internacionales, ni se incluyó en la relatoría por parte de los técnicos de la JCE. Fue reconocida por el personal técnico de la JCE, luego de que el equipo auditor le comunicase el hallazgo.

8. El limitado porcentaje de colegios electorales que logró iniciar la votación correctamente (sin fallas), sumado a los pocos que pudieron remediar la oferta electoral e iniciar posteriormente, dejó expuesta la incapacidad técnica de mitigar la falla en la totalidad de las urnas ante las situaciones planteadas.

9. Pese a frustrarse el consenso con delegados de los partidos políticos, no existe justificación alguna para no haber implementado un protocolo de control de calidad que contemplase el clonado y la personalización de las urnas. Tampoco hay explicación para la inexistencia de un plan de pruebas (testing) adecuado, que pudo haber detectado la falla a tiempo y, así, evitar esta situación inédita para el país.

10. Los cambios en las candidaturas y la participación activa de las agrupaciones políticas en la definición de los protocolos (no exenta de largas discusiones que en ocasiones Auditoría Voto Automatizado Elecciones Municipales 2020 – República Dominicana 40 abortaron reuniones importantes), limitó indudablemente las facultades de la Dirección de Informática para la creación unilateral de procedimientos.

11. Fueron analizados los antecedentes, logs, registros de auditoría especiales, configuraciones, control perimetral e informes de seguridad. No se hallaron evidencias de ataques externos.

12. Una vez concluidas las tareas de auditoría en campo y las entrevistas, se analizaron los resultados obtenidos junto a los indicios y evidencias que surgen de la investigación, pudiendo concluir que no se hallaron indicios de sabotaje.

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13. El tenor de las fallas y el estado en que se presentaba la oferta electoral (incompleta), no es compatible con un intento de fraude, por lo que se descarta tal intencionalidad.

14. El diseño, desarrollo, prueba y liberación del sistema de voto automatizado, es facultad del área informática de la Junta Central Electoral, así como la ejecución del proceso de personalización de las urnas (incluyendo los recursos humanos y redes involucradas en el mismo). Tanto la materialización de la falla (producto de un defecto de software), que afectó la integridad y la disponibilidad de la información, como el despliegue de equipos en esas condiciones, es por lo tanto responsabilidad de la Dirección de Informática.

15. Existieron otros inconvenientes tecnológicos durante las elecciones municipales. Estos fueron derivados, en su mayoría de los motivos expresados en los hallazgos, como por ejemplo, la falta de procedimientos de control. Entre estos problemas, mencionados anteriormente, se destaca el reporte de que una impresora emitió un voto sin datos impresos (en blanco) y bloqueos de pantalla táctil.

Cambios en el cronograma electoral para las fallidas elecciones municipales del 16 de febrero fueron los que llevaron a la Dirección de Informática de la Junta Central Electoral a hacer modificaciones en el proceso de carga de la boleta electrónica.

Lo que explica, además, por qué no se usó el mismo método para cargar la boleta que fue utilizado en las elecciones primarias simultáneas de octubre de 2019.

Para las primarias, la carga de las boletas electrónicas se realizó como parte del proceso de clonación en el cual se cargó de la misma forma en todos los equipos. Lo que significa, detalla la UNIORE, que todos los equipos incluían la totalidad de electores y la de la oferta electoral de manera idéntica.

“Posteriormente en el proceso de personalización, se configuran todos los equipos de acuerdo al colegio electoral al que estaba designado, de manera tal que, al iniciar el software de voto automatizado, este presentaría la boleta electoral correspondiente a su circunscripción, tomando la información de la base general que había sido cargada durante el proceso de clonación, de manera idéntica en todos los equipos”, detalla.

Sin embargo, este proceso se varió poco antes de las elecciones municipales de febrero y, según el personal de la Dirección Nacional de Informática de la JCE, el cambio se debió a que para el momento que estaba programada la clonación de los equipos, “aún estaban pendientes de resolver cambios en alianzas, candidatos y orden de los partidos políticos en las boletas, aún después de la fecha de recepción de candidaturas”.

Por tanto, la carga de las boletas electrónicas se excluyó del proceso de clonación de los equipos y, en su lugar, se trasladó al proceso de personalización, “con la consecuente implementación de una nueva rutina de software, cuya finalidad es la exportación de información correspondiente a la boleta electoral de una base de datos de la JCE y su inmediata importación en la base de datos de la urna de votación”.

La UNIORE indica que no solo el proceso de exportación de la información es responsable de lo sucedido el día de las elecciones, sino que, además, no se implementó un control a ese proceso que pudiera verificar que la información de la boleta electrónica se exportara completa desde la base de datos.

Otra revelación que hace la UNIORE es que el problema con la carga incompleta de las boletas fue detectado por una revisión casual en un colegio electoral, el día antes de las elecciones. Esto provocó que la JCE realizara una solución improvisada que implicaba la revisión de 9,757 urnas de voto automatizado.

La UNIORE dijo que la responsabilidad de los hechos recae en buena medida en la Dirección Nacional de Informática de la JCE, “sería incorrecto depositar en el personal técnico de forma exclusiva esa responsabilidad”. Termina la cita.

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