“Fui inconsciente al inyectarme los biopolímeros. Yo fui responsable de eso y estoy pagando las consecuencias, hoy en día no culpo a nadie”, dijo en un video colgado en su canal de YouTube.
Alexandra se inyectó estas sustancias dos veces. La primera fue unos seis meses después del nacimiento de su hija Charlotte (hace seis años). Lo hizo porque se veía “chata” y un año más tarde siguió sintiéndose inconforme con sus glúteos, por lo que volvió al quirófano.
La influencer confesó que fue en un lugar clandestino, por lo que pagó unos 60 mil pesos cada vez que fue. En marzo del año pasado decidió quitárselos porque ella y su exesposo Mozart La Para estaban planeando tener otro bebé. Por esa razón viajó dos veces a Colombia por recomendación de una amiga. Sin embargo, contó que vivió una pesadilla, ya que en las dos cirugías en lugar de los glúteos reducírseles le aumentaron.
La rumana dijo que no se sentía bien con el cuerpo que tenía después de los biopolímeros porque los tenía muy voluptuosos y donde quiera que iba la gente se le quedaba mirando, pero tenía miedo de ir a un centro porque no confiaba en nadie tras la experiencia vivida en Colombia.
El pasado 27 de julio se sometió a otra cirugía, esta vez de reconstrucción porque según ella, tenía un desastre. Luego que salió del quirófano le informaron que el biopolímero estaba regado y tenía un implante abierto.
Actualidad.
Aunque ya se encuentra mejor, ha vivido unos momentos difíciles, como en días pasados que la tuvieron que hospitalizar nuevamente tras la cirugía. Estuvo seis días interna para prevenir una infección.
Sustancia.
El biopolímero es un material que va afectando el sistema inmunológico que no se retira. Son sustancias que se van degradando en el cuerpo.
Articulo publicado originalmente en el Listin Diario.