Fue la primera movilización de 2019 pese a las concesiones del Ejecutivo. El colectivo surgió en protesta contra el alza del precio de los carburantes
Francia.- Miles de “chalecos amarillos” participaron en París en una manifestación, en el octavo sábado consecutivo de protestas en Francia, con algunos enfrentamientos entre participantes y fuerzas del orden.
Los primeros altercados se produjeron en las proximidades de la Prefectura de Policía, junto al río Sena, poco después de las 14:00 hora local (13:00 GMT), al inicio de la marcha entre el Ayuntamiento y la Asamblea Nacional.
La policía respondió con gases lacrimógenos al lanzamiento de piedras y botellas contra los agentes por parte de manifestantes encapuchados.
Unos cuarenta minutos más tarde, los agentes volvieron a recurrir a los gases lacrimógenos y a las porras cuando decenas de “chalecos amarillos” trataron de atravesar uno de los puentes del Sena frente al jardín de las Tullerías, fuera del itinerario marcado para la manifestación.
Al margen de estos hechos puntuales, la mayoría de los participantes marchó en un ambiente de tranquilidad, frente a un dispositivo de las fuerzas del orden discreto, lejos de las escenas de guerrilla urbana vividas en particular el último sábado de noviembre y el primero de diciembre.
Algunos de ellos coreaban mensajes contra el presidente francés, como (Emmanuel) “Macron, dimisión”.
El nombre del mandatario también aparecía en algunas pancartas, con lemas como “El rey Macron da migas a los mendigos”.
Esta mañana, cientos de “chalecos amarillos” participaron en otra marcha entre la avenida de los Campos Elíseos, donde habían convocado una concentración, y la plaza de la Bolsa, que se desarrolló sin actos violentos y sin choques con la policía.
Hubo manifestaciones del movimiento por la mañana en otras ciudades de Francia.
Según la emisora France Info, hubo entre 1.200 y 1.400 personas en Ruán (norte del país), cerca de 600 en Pau (suroeste) o alrededor de 400 en Grenoble (este).
El movimiento de los “chalecos amarillos” -nombre que toman por el color de la prenda reflectante que llevan, obligatoria en los vehículos- surgió de forma espontánea para protestar por el alza de las tasas al carburante y después amplió sus críticas.
(Con información de EFE)