Por Bartolo García
Santo Domingo. – Bajo el lema “Lo bueno siempre vuelve”, la Cervecería Nacional Dominicana ha lanzado la campaña “Hola Perdida”, una iniciativa que promueve el consumo responsable y la economía circular. La campaña, que tiene como banda sonora el merengue icónico de El Blachy, motiva a los consumidores a no dejar perder los buenos momentos y a darle nuevas vidas a las botellas retornables.
Reducción de residuos y huella de carbono
La Cervecería Nacional Dominicana ha logrado que el 85% de sus empaques sean retornables, contribuyendo significativamente a la reducción de residuos y la disminución de la huella de carbono. “En 2024, recuperamos más de 700 millones de botellas, evitando la emisión de 48,160 toneladas de CO2, equivalente a retirar 11,438 vehículos a gasolina de circulación o proveer electricidad a 9,508 hogares”, explicó Ana María Martínez, directora Legal y de Asuntos Corporativos de CND.
La retornabilidad como pilar del negocio
Martínez enfatizó: “La retornabilidad no es solo una práctica, es el futuro. Vivimos y trabajamos esta realidad día a día en Cervecería, transformando nuestra cadena de valor y la forma de consumo en República Dominicana para construir un mundo mejor”. La iniciativa se apoya fuertemente en los colmaderos y botelleros, quienes encuentran en la retornabilidad un camino hacia el crecimiento y la rentabilidad.
Impacto comunitario y medioambiental
“República Dominicana es un país con grandes riquezas naturales. Cada vez que un consumidor retorna una botella, contribuye a un ciclo sostenible que no solo reduce residuos sino que también evita la contaminación de nuestras playas y ríos”, agregó Martínez. Más de 500 botelleros ya se han sumado al compromiso de la Cervecería, liderando el camino hacia un modelo de negocio responsable y sostenible.
Un llamado a la acción: “Únete a la movida y devuelve tu botella!”
La campaña “Hola Perdida” no solo promueve una práctica ambiental positiva sino que también fortalece la comunidad y la economía local, demostrando que la retornabilidad es ya una realidad del presente y que, efectivamente, lo bueno siempre vuelve.