Un ataque masivo perpetrado por sicarios de la banda criminal Gran Grif dejó al menos 70 personas muertas en la localidad haitiana de Pont Sond, en el departamento de Artibonito. La violencia, que comenzó el pasado jueves, se desató pocos días después de que Estados Unidos y la ONU impusieran sanciones contra el líder de la banda, Luckson Elan. Naciones Unidas denunció el ataque, que incluyó el uso de rifles automáticos, incendios de casas y vehículos, y ha pedido mayor asistencia internacional para combatir la crisis de seguridad en el país.
“Estamos horrorizados por los ataques de pandillas”, afirmó Thameen Al-Kheetan, portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU. Entre las víctimas se encuentran 10 mujeres y tres bebés, mientras que otras 16 personas resultaron gravemente heridas. Durante el ataque, los criminales también incendiaron al menos 45 viviendas y 34 vehículos, obligando a muchos residentes a huir.
Este ataque se produce en un contexto de creciente violencia en Haití, donde las bandas criminales controlan amplias zonas del país. Pese a la presencia de unos 400 efectivos de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad, liderada por Kenia desde junio, la situación sigue siendo crítica. Naciones Unidas ha solicitado una investigación urgente y que los responsables rindan cuentas por el ataque.
La situación en Haití ha empeorado desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, lo que provocó un colapso de las instituciones. Actualmente, el Consejo Presidencial de Transición intenta liderar el país hacia elecciones, pero la violencia de las bandas, como la dirigida por Jimmy Chérizier, alias Barbecue, sigue siendo el principal obstáculo para la estabilidad del país.
En el primer semestre de 2024, al menos 3.900 personas fueron víctimas de la violencia en Haití, un reflejo de la magnitud de la crisis que enfrenta la nación caribeña.