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Cada vez menos personas dudan que en el país se instauró una estructura corrupta en el Estado que permitió el enriquecimiento de los grupos políticos del Partido de la Liberación Dominicana que se alternaron en el poder durante 16 años seguidos. El Estado se convirtió en una fuente de acumulación de capitales no sólo de los líderes y altos dirigentes y funcionarios, sino de empresarios, comerciantes, los altos mandos policiales y militares, y, por supuesto, profesionales liberales, periodistas, abogados, médicos, etc. El PLD destruyó y desacreditó el sistema político, comprando y corrompiendo a los dirigentes de oposición. El Partido Reformista, el Revolucionario Dominicano, otrora poderosos, se convirtieron en franquicias o empresas pequeñas para “grandes negocios”, como dijera Guido Gómez Mazara muchas veces. Para su beneficio y permanencia el PLD se corrompió y corrompió todo el tejido social del país. Tenía un plan de perpetuidad en el gobierno, de ahí la fábrica de presidentes, de ahí el propósito de gobernar hasta mitad de siglo. Jamás pensaron en salir del poder. Se dividió el partido, no por razones ideológicas, por interés patriótico, ni nada parecido, sino por razones económicas, fundamentalmente.

Altice

El PLD se dividió y perdió las elecciones a pesar de los esfuerzos de Danilo Medina por robarse las elecciones y convertirse en el “Trujillo del siglo 21”.

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El presidente Luís Abinader prometió durante la campaña electoral “tolerancia cero” con la corrupción, la designación de una persona capaz, honesta y sin vinculaciones partidaria para nombrarla al frente del Ministerio Público, sanear el Estado, etc. Ha ido cumpliendo sus palabras. Lento, pero sin pausa, el carruaje de la justicia ha estado marchando. Cientos, más de 500, casos, 400 archivados u olvidados, están en carpeta. Las investigaciones siguen su curso. Los desfalcadores de los bienes del pueblo irán cayendo como manzanas podridas que son. La magistrada Mirian Germán le dice a la población: “no desesperéis”, que “eso viene, y viene bonito”. Los jueces no tendrán más alternativas que condenar a los imputados porque los expedientes han sido rigurosos con pruebas irrefutables.

Quiero que todo el que tenga que ser investigado, que se investigue, que todo el que sea sentenciado, pague, no importa quien sea, que posición tenga o haya tenido en el Estado. El que la hizo, que la pague, nadie lo mandó a robarse el dinero del pueblo. No quiero injusticia, pero tampoco privilegio. En ningún lugar dice que un ministro, embajador, presidente o vicepresidente, no puede ser sometido a la justicia y condenado. Al contrario, la Constitución y las leyes son muy claras al respeto. La Constitución, ni las leyes, hacen excepciones. Creo, sinceramente, que hay razones más que suficientes para que el ex presidente Danilo Medina sea enjuiciado. El ex mandatario no pudo estar al margen del latrocinio que se cometió contra este pueblo. Y si no es así, que lo pruebe en audiencia.

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Como van las cosas, si el Ministerio Público continúa sus investigaciones, serias y profundas, con pruebas imbatibles, contra los corruptos de ayer y los de hoy, si los nuevos funcionarios no aprenden la lección, habrá que hacer unas cárceles gigantescas para desfalcadores de bienes públicos.  Cárceles tan grandes como un estadio de futbol, de béisbol o el Olímpico. El pueblo sabe quienes son los que sobrevaluaron obras, los que ayer no tenían nada y hoy lo tienen todo en demasía a costa del Estado. Todos deben ser procesados, todos deben ir a la cárcel, a todos hay que despojarlo de lo que se robaron.

¡Y haréis justicia, magistrados!

Por JUAN T H

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Elsa Peña Nadal
Elsa Peña Nadal
3 años hace

Exacto; preciso y conciso. #LosQueremosPtesos