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Por JUAN T H 

Altice

El expresidente Danilo Medina aseguró que, de llegar a la presidencia de la República, algo que cada vez está más lejos, Abel Martínez continuará “las visitas sorpresas” que realizaba mientras fue jefe de la administración pública. Es decir, que continuará la corrupción al más alto nivel, como en los 8 años que por desgracia gobernó el país. 

“Las visitas sorpresas” -hay que decirlo mil veces- no fueron más que un instrumento político para apuntalar la imagen del presidente Medina de cara a la fracasada reelección. 

Si este fuera un país con un fuerte sistema de justicia, Danilo Medina hace tiempo que debió estar imputado, acusado de múltiples delitos contra el patrimonio del Estado, incluyendo las llamadas “visitas sorpresas”, que le costaron más de 64 mil millones de pesos al pueblo dominicano, sin recibir ningún beneficio, porque todos los proyectos anunciados y promovidos en los medios de comunicación con gran despliegue, fueron una farsa, un engaño y una estafa mayúscula. 

El agrónomo Leonardo Faña hizo una investigación minuciosa de todos los proyectos anunciados por el gobierno de Danilo, región por región, municipio por municipio; cuando dinero se invirtió en cada uno de ellos, demostrando, con fotos, cifras, etc., que todos eran una mentira, un “truco de cámara” con la complicidad de sectores poderosos de los medios de comunicación que no enviaban reporteros gráficos, periodistas, ni comunicadores para verificar los hechos, que publicaban en primera plana, todos los lunes, las notas y las fotos que enviaban desde el Palacio Nacional, la dirección de prensa. 

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¡Increíble! Todos los lunes, los periódicos publicaban “las visitas sorpresas”, que de sorpresas no tenían nada, porque todo estaba bien planificado; era un robo descarado, burdo y asqueroso, por lo cual muchos, funcionarios del Palacio, del sector agropecuario, del empresariado, incluso de la prensa, deberían estar dando explicaciones en los tribunales. 

Tengo en mi poder los estudios bien completos realizados por Faña, que pagó un precio muy alto por su osadía, cayendo en un “gancho” con una mujer, que misteriosamente desapareció marchándose del país. El pobre hombre terminó preso, injuriado y difamado sin ninguna contemplación.  

Los estudios, encuadernados en grandes carpetas, minuciosos y bien detallados, también los tiene el Ministerio Público, que, externamente, no ha llamado a ningún exfuncionario, ni al expresidente Medina, para que expliquen cómo se gastaron más de 64 mil millones de pesos en proyectos inexistentes. Que digan a este pobre e indefenso pueblo, porque no hay un solo proyecto de los inaugurados, con bombos y platillos, de la prensa radial, escrita y televisada, que haya funcionado, que esté dando frutos y beneficios a los agricultores, vilmente engañados y estafados. No hay un solo proyecto en todo el país. ¡Y no los hay porque se trató de una estafa a la vista de todos! 

Y Danilo Medina tiene la cara dura de decir públicamente que su lacayo candidato a la presidencia de la República continuará ese robo vulgar y descarado que constituyeron las “visitas sorpresas”, por las que hace tres años debió ser sometido a la justicia. 

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Nunca entendí, ni entiendo, porque el Partido Revolucionario Moderno, con todas las pruebas que les suministró Leonardo Faña, pruebas irrebatibles, contundentes, no las utilizó durante la campaña que llevó a Luís Abinader a la presidencia de la República, como tampoco entiendo porque la “justicia independiente” no ha actuado contra el ex mandatario cuando en todos los expedientes por corrupción contra sus hermanos y hermanas, contra sus principales funcionarios y contra su jefe de seguridad personal, lo señalan reiteradamente. 

El que terminó siendo acusado y condenado fue el propio Faña, que terminó incluso fuera del gobierno que contribuyó a instalar en el Palacio Nacional. No entendí, ni entiendo porque Danilo Medina no está preso, porque tiene la suerte de salir a la calle y pavonearse, hacer campaña electoral, sin ningún temor de ser allanado y apresado, como lo demanda el expediente depositado en el Ministerio Público hace ya más de dos años.  

Muchas veces no entiendo la “justicia independiente”; no entiendo porque unos sí y otros no. ¿Será porque los expresidentes no pueden ir a la cárcel para no crear un desequilibrio que ponga en juego la estabilidad y la gobernabilidad? ¿O será que en un sistema presidencialista la impunidad es total para los expresidentes no importa cuantos desmanes hayan cometido en contra del pueblo? Creo que sí. Es más, no tengo dudas. 

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