Las autoridades de Uganda informaron que hallaron los cuerpos de al menos 41 personas, 38 de ellas estudiantes, en una escuela del occidente del país, luego de que extremistas prendiera fuego a un dormitorio y atacara a las víctimas con armas. Al menos seis personas fueron secuestradas y otras ocho fueron hospitalizadas. La Policía señala que el atentado fue perpetrado por miembros de las Fuerzas Democráticas Aliadas (FAD), vinculadas al autodenominado Estado Islámico
Al menos 41 personas brutalmente asesinadas. En la noche del viernes, combatientes yihadistas atacaron una escuela en el occidente de Uganda,-cerca de la frontera con la República Democrática del Congo (RDC), e incendiaron un dormitorio. El incidente fue reportado por el funcionario del Gobierno a cargo del distrito donde ocurrieron los hechos.
El alcalde de la ciudad, citado por la agencia AP, señaló que 38 de las víctimas mortales eran estudiantes. También fallecieron un guarda de seguridad del lugar y dos miembros de la comunidad local, que fueron asesinados en el exterior del centro educativo.
Las autoridades señalaron que algunos de los fallecidos sufrieron quemaduras, mientras que otros recibieron disparos y fueron atacados con armas blancas.
El portavoz de la Policía ugandesa confirmó que el ataque fue perpetrado por las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), una milicia islamista que ha prometido lealtad al autodenominado Estado Islámico (EI), y tiene su base en el este de la República Democrática del Congo.
El Ejército y la Policía ugandeses señalaron también que estaban persiguiendo a los atacantes, que huyeron hacia el Parque Nacional de Virunga, al otro lado de la frontera, en la RDC.
Uno de los ataques más letales de la región
Se trata de uno de los peores atentados perpetrados en el país en años. Pero esta masacre no es la primera de su tipo. En junio de 1998, las Fuerzas Democráticas Aliadas atacaron el Instituto Técnico de Kichwamba, en Uganda, cerca de la frontera con la República Democrática del Congo. Entonces, 80 estudiantes fueron quemados vivos en sus dormitorios y más de 100 fueron secuestrados.
En 2021, Uganda y su vecino país lanzaron una ofensiva conjunta para expulsar a las ADF de sus bastiones, pero estas operaciones no han logrado hasta ahora poner fin a las atrocidades cometidas por el grupo armado, que se ha consolidado como el más violento de la región.
Secuestros, asesinatos, destrucción de bienes están entre las atrocidades en las que las ADF han incurrido. Están implicadas en más de un millar de abusos enumerados desde 2017 por el barómetro de seguridad de Kivu y, según la misma fuente, han matado a más de 3.300 personas. Además, las autoridades las acusan de atentados yihadistas en suelo ugandés.
El ataque terrorista se produjo en la escuela de Lhubirira, en la localidad de Mpondwe, a unos dos kilómetros de la frontera con la República Democrática del Congo. (TWITTER)
Estas milicias armadas están formadas por rebeldes ugandeses, en su mayoría musulmanes, opuestos al régimen del presidente Yoweri Museveni, activos en el este de la República Democrática del Congo desde mediados de la década de 1990.
En 2019, las ADF anunciaron su afiliación al autodenominado Estado Islámico, que desde entonces las presenta como su rama en África Central. En la actualidad, su ideología y el número de sus combatientes varían según los observadores, pero la frecuencia de sus ataques no deja de aumentar.
A principios de marzo, Estados Unidos anunció que ofrecía una recompensa de hasta 5 millones de dólares por cualquier información que condujera al líder del grupo, un ugandés de unos cuarenta años identificado como Musa Baluku.
Con AFP y medios locales
