El presidente de EE.UU., Donald Trump, declaró este sábado en un mitin de campaña en Wisconsin que su país tiene «el mejor» Ejército y armamento del mundo, y se comprometió a mantener «la paz a través de la fuerza» si gana las próximas elecciones.
En su discurso, el mandatario aseguró que mantendrá a EE.UU. «fuera de estas guerras extranjeras interminables y ridículas», al tiempo que conservará su «poderío militar incomparable».
«Esperamos por Dios que nunca tengamos que usarlo»
Trump recordó que, cuando él asumió el cargo, «todo era viejo» y que los misiles, cohetes y armas nucleares del país «no estaban en las condiciones en las que tenían que estar».
«Ahora tenemos las mejores armas jamás producidas por un solo país», recalcó el presidente, que volvió a referirse a un hipersónico «requete-súper misil» [‘super duper missile’ en inglés], así como a otros misiles, cohetes, barcos, tanques y cazas estadounidenses, «todo nuevo» y hecho en EE.UU., subrayó.
«No hay nadie que tenga nada que se acerque a nuestro armamento», insistió el mandatario norteamericano, para afirmar que el poder militar estadounidense es motivo de envidia de Rusia, China y Corea del Norte, así como de «todos los países del mundo».
«Esperamos por Dios que nunca tengamos que usarlo. Pero tendremos paz a través de la fuerza», aseveró Trump.
Hace tres días el presidente chino, Xi Jinping, inspeccionó el Cuerpo de Marines del Ejército de Liberación Popular (EPL) en Chaozhou, y destacó la necesidad de convertirlo en una tropa de élite, con la mente puesta en un posible conflicto armado.
El Cuerpo de Marines “debe centrarse en la preparación para la guerra” y las capacidades de combate, y mantener un alto nivel de preparación, dijo Xi, añadiendo que la fuerza debe atenerse al entrenamiento orientado al combate y fortalecer el entrenamiento orientado a la misión adaptado a las necesidades específicas.
¿Algo que envidiar?
El pasado mes de septiembre, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, declaró que, «por primera vez en la historia moderna», su país «cuenta con las armas más avanzadas», un tipo de armamento «que no tiene nadie más».
El mandatario señaló que Rusia tuvo que asumir «durante décadas» el papel de los rezagados en lo referente a armas nucleares, de la aviación estratégica de largo alcance y de la tecnología de misiles intercontinentales. Ahora, posee «los tipos de armas más modernos», que «superan en mucho» por fuerza, potencia, velocidad y precisión a «todo lo que ha existido y existe hoy», apuntó Putin.
En particular, el mandatario recordó que la retirada de EE.UU. en 2002 del Tratado sobre Misiles Antibalísticos (ABM) «obligó a Rusia a comenzar a desarrollar armas hipersónicas».
«Tuvimos que crear estas armas en respuesta al despliegue estadounidense de un sistema estratégico de defensa antimisiles, que en el futuro sería capaz de neutralizar y anular todo nuestro potencial nuclear», explicó el presidente, quien enfatizó que esto no sucedió y comparó el desarrollo de armas hipersónicas rusas con «los proyectos nuclear y de misiles de la Unión Soviética».
Sin consenso
Entretanto, las dos potencias siguen sin consenso sobre la prorrogación del START III, como se conoce el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas ruso-estadounidense, firmado en 2010. Se trata del único tratado vigente de reducción de armas entre Moscú y Washington, y expira en febrero de 2021.
El presedente ruso ha propuesto esta semana extender el acuerdo por un año y sin condiciones, lo cual -dijo- permitiría llevar a cabo «negociaciones significativas sobre todos los parámetros». Por su parte, el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Robert O’Brien, comunicó que la propuesta de Putin de extender el acuerdo sin «congelar» las ojivas nucleares era «un mal comienzo».
El pasado mes de mayo, EE.UU. declaró que quiere incluir más armas rusas en el Tratado START III, al tiempo que sugirió que China debería ser incluida en los términos de prorrogación del acuerdo. Moscú, a su vez, calificó las condiciones de Washington de «inaceptables» y declaró que no puede continuar las negociaciones «en términos de últimatum».