Para muchos, el sexo es una de las sensaciones más placenteras de la vida, lo que quiere decir que disfrutan de él de principio a fin. Sin embargo, hay personas para quienes una vez termina la relación sexual, en lugar de sentirse bien, ven eclipsada toda la satisfacción previa por sentimientos de angustia. Esto tiene una explicación, y se le conoce como disforia postcoital (DPC).
Se trata de una condición que se caracteriza por sentir tristeza, melancolía, ansiedad o angustia una vez se ha alcanzado el orgasmo, cuyo nombre hace referencia al opuesto de euforia. Así como puede aparecer tras sostener relaciones sexuales con otra persona, también se da con la masturbación.
Este trastorno afecta tanto a hombres como a mujeres, sin importar la edad, lo que quiere decir que nadie está exento. Según recoge un estudio realizado por la Universidad Tecnológica de Queensland, el 46 % de los hombres encuestados aseguró haber experimentado síntomas de DPC al menos una vez a lo largo de su vida, mientras que el 5,1 % dijo haberlo sufrido algunas veces en el último mes. En el caso de las mujeres, investigaciones muestran que entre el 33 y 46 % ha identificado las señales que caracterizan esta condición en algún momento.
¿Qué la causa?
Las teorías para explicar las causas de este trastorno son diversas, pero la más frecuente sugiere que está ligado a alteraciones neuroquímicas, que tiene que ver específicamente con la amígdala cerebral.
“Tras el orgasmo, se liberan determinadas hormonas que contrarrestan las responsables del placer sexual, pudiendo aparecer tristeza y bajo estado de ánimo como consecuencia de esta regulación”, explica el portal Psicología y Mente, al tiempo que señala que la amígdala, conjunto de neuronas relacionado con la ansiedad y el miedo, disminuye su actividad durante el acto sexual, lo que puede dar como resultado la disforia postcoital, producto de la reactivación de esa parte del encéfalo.
Por otro lado, según reseña Trendencias, experimentar sentimientos negativos luego de un orgasmo tienen que ver con la mezcla de emociones que este conlleva; “influyen factores como las hormonas, el contexto en el momento del encuentro y hasta la propia personalidad de la persona”, señalan. Esa es la razón por la que algunos llegan a sentirse tristes después del sexo y otros no.
Tratamiento
Los expertos recomiendan a las parejas de personas con disforia postcoital recurrir a las caricias, abrazos y besos una vez haya terminado la relación sexual, para evitar dar paso a sentimientos negativos. Sin embargo, si esto no funciona o se trata de algo recurrente, lo más propicio es acudir a un profesional para que este indague en el trasfondo de la condición e indique el tratamiento adecuado.