Miami, 23 nov (EFE).- Las nuevas políticas de las tarjetas de crédito con las webs de contenido para adultos para intentar proteger a colectivos vulnerables no solo pone en aprietos económicos a los trabajadores sexuales, sino que afecta su derecho al trabajo y la libertad de expresión, según organizaciones civiles de EE.UU.
El último paso lo dio Mastercard el pasado 15 de octubre, cuando entró en vigencia una nueva política que obliga a las empresas a la verificación de edad e identidad de los creadores y la aprobación previa del contenido antes de su publicación, entre otros requisitos.
La intención de este cambio, que grupos conservadores quieren ampliar a Visa y otras empresas de tarjetas de crédito, es prevenir la publicación de material ilegal y no autorizado por los que aparecen en las imágenes, aunque trabajadores sexuales aseguran que estas medidas les están perjudicando seriamente.
Tanto es así que la Free Speech Coalition (FSC), la asociación comercial de la industria del entretenimiento para adultos en Estados Unidos, calificó la actual situación de “guerra contra la pornografía” y dijo que supondrá a muchas trabajadoras sexuales perder ingresos durante la pandemia en la que trabajar por internet les ha resuelto la vida.
PÉRDIDA DE SEGUIDORES
Una de las creadoras de contenido sexual afectadas es la colombiana Ilanna Denofte, quien pidió utilizar solo su nombre artístico para proteger su privacidad.
En las últimas semanas ha perdido cerca de 300 “clientes” en la red social OnlyFans, que exige a los seguidores de cada perfil el pago de una cuota mensual para ver su contenido, lo que le ha supuesto una merma de unos 4.000 dólares al mes.
Ilanna, con un amplia base de seguidores latinos en Estados Unidos y en México, explicó a Efe que si las cosas no mejoran y deja de ser “rentable” buscará otras alternativas, aunque ella lo tendría más fácil al tener un titulo universitario.
La creadora de contenido para adultos tachó de “conservadoras” a las empresas de tarjetas de crédito y consideró una “falacia” que medidas como estas vayan a acabar con la “trata de personas”.
“Es como el tema de la droga. En el momento que legalizas la droga va a haber más control, menos muertes y va a dejar de ser un negocio rentable para la gente que mueve la droga de manera ilegal. ¿Qué es lo que les conviene a los narcotraficantes? La ilegalidad, lo mismo que a los proxenetas o la gente que hace trata de personas”, argumentó.
Lo que ella no tiene tan claro es que la medida de Mastercard sea la más acertada: “Me parece bien que busquen dar más seguridad, pero a qué costo, no es la mejor manera creo yo”.
En similar situación se encontró Luisaglm, que comenzó poco después de empezar la pandemia hace un año y apostó por un contenido “muy suave y de calidad” en OnlyFans, plataforma que pasó de tener 20 millones de seguidores a principios de 2020 hasta 120 millones en la actualidad.
Esta diseñadora gráfica explicó a Efe que de “inmediato” notó una caída de una cuarta parte de sus seguidores en OnlyFans y se quedó en unos 150, situación que ha afectado además a los profesionales que paga para que tomen sus videos y fotografías.
Estas cifras están muy lejos de los grandes números de trabajadores sexuales que mueven miles de clientes y millones de dólares, pero estos casos son la minoría y el gran grupo de trabajadoras sexuales en internet viven con lo que ganan en estas plataformas.
UN ATAQUE A LOS DERECHOS
La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU), uno de los grupos de defensa de los derechos civiles más influyentes en EE.UU., se puso del lado de los trabajadores sexuales y aseguró que la última decisión de Mastercard pone en riesgo la “seguridad y sustento” de muchos de ellos y atenta además con la “libertad de expresión”.
“La política dificulta que las trabajadoras sexuales hagan negocios en línea y las hace más vulnerables”, denunció ACLU sobre lo que definió como una “discriminación” financiera que “estigmatiza” el trabajo sexual y pone en peligro la seguridad de las trabajadoras sexuales al “empujar a la industria hacia las sombras”.
Este es un proceso que viene de lejos. Ya el año pasado Mastercard dejó de permitir que sus tarjetas se usaran en el portal Pornhub, en una iniciativa que pronto adoptó su competencia, debido a la supuesta presencia de contenido ilegal en esta plataforma.
Y el siguiente objetivo fue OnlyFans, que este año preventivamente anunció que no aceptaría contenido sexualmente explícito, y, aunque pronto se retractó, muchos seguidores cancelaron su suscripción y no han regresado, como confirmó Ilanna.
Cuestionado por Efe sobre los efectos que están teniendo estos cambios entre las personas que forman parte de su red social, OnlyFans se limitó a afirmar que “cumplen con las nuevas políticas de Mastercard”, mientras que la compañía de tarjetas de crédito optó por no responder al pedido de comentarios.
Por Álvaro Blanco
(c) Agencia EFE