Tras depilarte o afeitarte, muchas veces pueden aparecer granitos o pelos enquistados. Esto sucede porque el folículo piloso se bloquea una vez que el vello y su bulbo han sido eliminados. Al no lograr salir, el vello se incrusta en la cavidad y se produce una infección, la inflamación, el enrojecimiento de la zona y la aparición de pequeños granitos. A esto le llamamos foliculitis.
Aquí listamos algunos tips para evitar que esto suceda.
¡No toques! Si quieres que desaparezca lo más rápido posible, debes evitar tocar la zona. No intentes perforar los granos para eliminar el pus o el vello que ha quedado bajo la piel. Si lo haces, puedes infectar la zona y empeorar aún más la situación.
En caso de foliculitis más grave, si la inflamación es muy dolorosa, es aconsejable acudir al médico porque es posible que necesites algún tratamiento dermatológico o antibióticos.
Con las navajas de afeitar puede ocurrir con más frecuencia porque el pelo no se quite de raíz, sino que sólo se corta al ras. Mientras que la depilación con láser o luz pulsada puede contribuir positivamente a prevenir la foliculitis. Esta técnica consiste en eliminar el vello de forma permanente.