Por Franklin Rosa
En el folckore venezolano uno de los poemas más famoso y que ha sido utilizado en diferentes géneros de su vida cultural, es Florentino y el Diablo. Es un coplero del llano venezolano que se encuentra con el Diablo y en una lucha a muerte de cantos, coplas y contrapunteos, logra salvar su alma la que pretendía el Diablo.
El presidente Hugo Chávez Frías, quien abrazó la cruz, en el momento más crítico del frustrado golpe de Estado contra su gobierno, en abril de 2002, fue también el primer cristiano de esta época, en tener una clara percepción de la existencia del Diablo, su fuego y su azufre; cuando en una Asamblea General de las Naciones Unidas, dijo: Ayer estuvo el Diablo aquí, huele a azufre todavía.
El presidente Hugo Chávez Frías, hacía referencia a la presencia del presidente de los Estados Unidos de América George W Bush, jefe del imperio norteamericano, por su larga historia de genocidio, destrucción de naciones y pueblos; generando infiernos terrenales, donde han perecido millones de seres humanos. Holocaustos sucesivos desde Corea hasta Gaza.
El Imperio norteamericano ha obnubilado a toda la humanidad y sus instituciones con un poder mediático avasallante, vendiendo la imagen de paladín de la democracia, defensor de los derechos humanos y el centro de la prosperidad mundial, con un famoso sueño americano.
La doble moral del imperio, por un lado imponiendo sanciones, invasiones, creando bases y pactos militares de dominación como la OTAN y el AUKUS; y por el otro hablando de defensa de la democracia, los derechos humanos y el medio ambiente.
El presidente Hugo Chávez Frías tuvo la premonición de denunciar a toda la humanidad la verdadera naturaleza del imperio norteamericano, el mismo Diablo, creando infiernos por todo el mundo; sus últimas huellas sangrientas son Siria, Ucrania y Gaza.
El coronel Hugo Chávez Frías un soldado insumiso de la Patria Grande, conocedor de la larga lucha anticolonialista del General Simón Bolívar, comprendió que las ideologías anticomunistas son instrumentos de dominación que inventan fantasmas, para meter miedo y terror al mundo; desarrollar las carreras armamentistas, derrocar gobiernos; y robarles sus recursos naturales. Chávez, comprendió, muy bien, que existe el Diablo, un Estado imperial; con una gobernanza unipolar que impone su hegemonía, el fascismo y sus reglas. Castigando con sanciones e intervenciones militares a los pueblos que luchan por su soberanía e independencia; y que quieren para toda la humanidad un futuro promisorio compartido. Que respeten sus mitos, sus culturas y sus anhelos de democracia y libertad.
Una parte de la oposición venezolana ha venido trabajando con el Diablo, el mismo que el comandante Chávez denunció, imponiendo sanciones que han generado grandes calamidades al pueblo venezolano; y ahora en el proceso electoral, están llamando al Diablo a no reconocer los resultados, para que se impongan nuevas sanciones; para destruir la paz y el bienestar que está logrando el presidente Nicolás Maduro.
