Muchas veces pensamos que el frío no ayuda a las relaciones sexuales y que no da pie a tenerlas, pero la realidad es muy distinta. De hecho, hay estudios que demuestran que en invierno aumenta la actividad sexual. Sólo hay que fijarse en los meses en los que más nacimientos hay y echar la vista atrás. Septiembre y concretamente el día 16, es el mes en el que más nacimientos se producen en España. Casualidad o no, la realidad es que los meses más fríos incitan a buscar el calor de otro cuerpo y a pasar más tiempo con la pareja, especialmente en casa, lo que refuerza el deseo y que los meses de enero y febrero son los meses en los que más encuentros sexuales se producen.
Otro dato que puede hacernos pensar en que estos meses son los más sexualmente activos, es el de la venta de preservativos. Las celebraciones navideñas suponen un incremento en las ventas de preservativos, dándose el mayor pico la semana anterior a Navidad. Además, durante las vacaciones invernales, la gente hace más búsquedas en Google relacionadas con el sexo, como consejos respecto al embarazo o cuestiones relacionadas con la pornografía. ¿Hay alguna explicación detrás de este fenómeno? Los investigadores creen que durante esta época en la que nos abrigamos más y la piel se ve menos, hace que el cuerpo sea más excitante.
¿Cómo influye el frío en el deseo sexual?
Como explica a CuídatePlus, Rocío Moñino es psicóloga y sexóloga de VivelaVita, graduada en Psicología y Máster en Sexología por la Universidad de Sevilla, “es muy complejo generalizar sobre cómo influye el frío en el sexo, a no ser que tengamos estudios científicos que nos respalden”. Aunque cada vez son más los que se preocupan e investigan de temas relacionados con la sexualidad, la realidad es que sobre la influencia del frío en las relaciones sexuales todavía no hay estudios. Lo que sí podemos decir es que “a nivel psicológico, al hacer más frío, las personas tienen una mayor motivación por espacios acogedores y cálidos y esto puede contribuir a un entorno más íntimo y propicio para el encuentro sexual”.
Por otra parte, también hay que señalar que “en invierno hay menos horas de luz solar lo que provoca cambios químicos en el cerebro”, apunta Moñino. De esta manera, “parece que en los hombres la testosterona aumenta con la vitamina D, por lo tanto, se da una disminución con el frío”. En las mujeres, “la falta de ésta puede influir en el bajo deseo, excitación, lubricación, orgasmo y satisfacción”, apunta la experta.
Al margen de esto, según señala la sexóloga, practicar sexo en invierno tiene muchos beneficios a nivel mental y físico. “Es posible que el frío esté relacionado con un estado de ánimo más bajo en esos meses por tanto el hecho de tener un encuentro sexual satisfactorio y deseado puede mejorarlo”. Además, “ayuda a aumentar la temperatura corporal, fortalecer el vínculo entre los miembros de la pareja, reducir el estrés, mejorar la calidad del sueño, etc.”.
Consejos y posturas para activar el deseo sexual en invierno
Hay muchos factores que influyen en el deseo sexual, tal y como señala la sexóloga.. Dentro del campo de la sexología, “se recoge que en los hombres influyen las disfunciones sexuales, las alteraciones del estado de ánimo, los conflictos de pareja, la aversión al sexo, enfermedades crónicas, alteraciones hormonales y otras causas aisladas”.
En la mujer “pueden afectar los problemas de pareja, disfunciones sexuales previas, desmotivación, trastorno del estado de ánimo, trastornos hormonales, medicamentos, enfermedades crónicas, entre otros”.
Así, algunas recomendaciones para activar el deseo sexual en cualquier serían:
- Preparar fantasías eróticas, ya sean para hacerse realidad o no.
- Investigar sobre nuestros gustos personales, masturbarnos con la imaginación con esa fantasía.
- Dar prioridad al sexo: Un buen consejo es pensar en el sexo, tenerlo presente y alimentarlo ya que la falta de costumbre puede hacer que desaparezca el deseo o que se reduzca.
- Llevar lencería sexy, recordar un encuentro sexual, preparar el próximo encuentro sexual, leer literatura erótica, darse un baño de espuma… son fórmulas que pueden ayudar.
- Autoestimulación más allá de la masturbación. No solo tenemos que conocer nuestros genitales sino también lo que nos estimula y nos hace sentir placer.
- Aumentar el tiempo de estimulación. El “aquí te pillo, aquí te mato” puede estar muy bien pero hay más formas de tener encuentros sexuales y que pueden ser más satisfactorios.
- Usar juguetes sexuales, como una forma de introducir novedad en las relaciones. Antes de usarlos es importante estar de acuerdo, para evitar posibles situaciones incómodas o de presión.
- Ejercicios de Kegel. Aunque no lo parezca, estos ejercicios pueden ayudar y mucho a las relaciones sexuales. Ayudan a mejorar la excitación y a facilitar el orgasmo.
En cuanto a las posturas ideales en invierno, las más indicadas serian aquellas que estén dirigidas a “entrar más rápido en calor”, apunta la sexóloga, por lo que se buscarán aquellas en las que “los cuerpos de ambas personas estén lo más próximos posible”. El mejor ejemplo de esto es la “cucharita”, donde, además, estamos abrazando al otro y el movimiento puede ser suave y agradable para ambos.
