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Conmoción en el fútbol

Altice

ARGENTINA.-Una noticia triste que sacude al mundo del fútbol: Santiago “Morro” García, delantero uruguayo de Godoy Cruz, fue encontrado muerto este sábado en Mendoza.

 Según se supo, el exfutbolista estaba bajo un tratamiento psiquiátrico. Desde el ministerio de Seguridad provincial le informaron a LA NACION que todos los indicios conducen a que se trató de un suicidio e intentan establecer la fecha del fallecimiento.

 Hallaron un arma al lado del cuerpo y la fiscal Claudia Ríos trabaja en el departamento en el que residía García.

Garcia había nacido el 14 de septiembre de 1990 en Montevideo, Uruguay. En su extenso recorrido en el fútbol pasó por Nacional, de su país, Atlético Paranaense (Brasil), Kasimpasa (Turquía), River (Uruguay) y Godoy Cruz, donde estaba desde el 2016.

Con 51 goles, “Morro” García es el máximo goleador en la historia de Godoy Cruz en Primera División. Fue también el máximo artillero de la Superliga Argentina 2017-18 con 17 tantos, el primer uruguayo en lograrlo desde Santiago Silva en el Torneo Apertura 2010.

No obstante, en los últimos meses “Morro” no había tenido continuidad en el conjunto tombino. Por diferentes cuestiones, había sido apartado del plantel por el presidente de la institución Luis Manzur, quien aseguró que el equipo necesitaba “líderes positivos”. En la Copa Diego Maradona sólo había disputado seis compromisos, tres de ellos como titular (no marcó goles).

Sin lugar en Godoy Cruz, García se encontraba en Mendoza a la espera de un nuevo destino futbolístico. En un momento se barajó la posibilidad de un regreso a Nacional de Montevideo, aunque todo quedó reducido a rumores. Asimismo, a fines de enero estuvo aislado tras contagiarse de coronavirus.

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“Me comunicaron que era un capítulo cerrado y no me lo pusieron en consideración”, expresó hace algunas semanas Sebastián Méndez, DT de Godoy Cruz.

“Creo que cada jugador tiene su particularidad y el Morro hizo muchísimo por la institución. El otro día estuvimos hablando un rato largo y es alguien que quiero muchísimo. Tuvimos un año fantástico con él, pero también entiendo que él quiere cambiar de aire, quiere buscar otra cosa y el club también”, añadió el entrenador en Canal 7 de Mendoza.

La historia de “Morro” García

García nació en el barrio Colón, en el Complejo Habitacional América. Gente que suele estar con el pico y la pala; en los suburbios, hay de todo. “Es un barrio tranquilo, a pesar de que se puso un poco complicado últimamente. Era muy inquieto. Vivíamos con las puertas abiertas, entrábamos a la casa de los vecinos, las navidades y el año nuevo las vivíamos todos juntos. Estaba en una bandita; todo el día jugábamos a la pelota, a la bolita. No teníamos mucho, pero la pasábamos bien. Había gente más grande y yo, como tenía un carácter especial, directamente me agarraba a las piñas. Aprendí mucho ahí: no ir hacia las cosas malas; en los barrios humildes hay mucha droga. Tenía que seguir otro camino; que dejara la joda y que me dedicara al fútbol. Tengo amigos que no pudieron escapar de esa situación”, explicó cuando se consagró goleador de la Superliga.

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Lo vistieron con diversos apodos, hasta que quedó “Morro”. Su aventura en el fútbol se construyó en un club llamado Boca, en el baby fútbol. De allí pasó a Libertad Washington. No tenía un puesto fijo: iba donde iba la pelota. Su hermano se inclinaba por Peñarol, pero cambió rápidamente de vereda, por la efervescencia de la sangre. “En Uruguay es todo Peñarol y Nacional. Donde nosotros vivíamos había muchos de Peñarol. Era simpatizante, sí, pero no le daba tanta importancia al fútbol. Se hizo de Nacional. Se sintió parte, como un sentido de pertenencia, como yo”.

Admiraba al Maestro Tabárez y el íntegro proceso de los seleccionados. Era travieso en la escuela. Cuando iba al Liceo, lo citaron de la selección juvenil, así que tuvo que abandonar porque las faltas se multiplicaban. Le gustaba el fútbol inglés y allí seguía a su ídolo, Thierry Henry. En los ratos libres, nada de libros ni series: básquetbol.

“Cuando juego, soy serio. Soy de fastidiar a los compañeros, a los rivales, a los jueces. La gente que no me conoce piensa que soy un malhumorado o un soberbio. Si me ves por la calle, tengo cara de póker, camino derecho, ni te miro. Pero en la intimidad, soy relajado”, reveló en aquella entrevista.

Informe: Pablo Mannino (desde Mendoza)

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