VISIÓN GLOBAL
Nelson Encarnación
La decisión del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana de dejar la Alcaldía de Santiago de los Caballeros, entre otras demarcaciones importantes, fuera de la reserva, abre la posibilidad de que esa ciudad siga mejorando sus niveles de buena gestión para beneficio de sus habitantes.
La ciudad no ha sido muy afortunada en términos de su administración municipal, pues en las últimas décadas, si bien ha tenido alcaldes aceptables, generalmente ha padecido ejecutivos regulares, malos, mediocres y desastres absolutos.
Es como si a los santiagueros les hubiera tocado pagar algunas culpas del pasado de la cual no han sido responsables. Una suerte de maldición que les cae casi de manera generalizada a los municipios cuyos incumbentes ignoran que es el gobierno más cercano que tienen las comunidades.
Justo es reconocer que Abel Martínez no ha sido un alcalde malo y que su administración se ha preocupado por mejorar la prestación de los servicios que son tarea fundamental de los Ayuntamientos, organismos estatales que en la mayoría de los cuales dejan mucho que desear.
Sin embargo, creo que Santiago necesita algo más que recogida de basura, bacheo de vías y las tareas cotidianas que lleva a cabo todo el que se acomoda al discurrir cotidiano sin mayor trascendencia.
Es ahí donde pienso que las ideas de Fernando Rosa encajan perfectamente con las expectativas que se han forjado los santiagueros de contar con una administración municipal que rebase ese inmediatismo poco productivo para pasar a una visión integral, es decir, un conjunto de potencialidades que no han encontrado cauce adecuado por donde trascender.
Durante seis años (2012-2019) trabajé con Fernando en el Fondo Patrimonial de las Empresas Reformadas (FONPER), un espacio de tiempo que me permitió empaparme de sus proyectos para la municipalidad de Santiago, pero sobre todo de su visión gerencial.
Se tratan de planes viables y no quimeras como suelen presentar muchos de los que buscan hacerse de una posición que posteriormente utilizan para otros fines muy distantes de lo que prometieron cuando buscaban enganchar una función electiva.
En lo que concierne a Fernando y sus propuestas, creo que de tener la oportunidad de llevarlos a cabo contribuirían significativamente con el desarrollo de la Ciudad Corazón.
Es a lo que debe aspirar una ciudad cuando decide entregarle su destino a alguien que quiere servirle, pues vendedores de ilusiones sobran en todos los partidos y fuera de ellos.
De modo que Santiago tiene en Fernando una opción para que desde el cabildo ponga en práctica las ideas que ha concebido para una ciudad que antes se caracterizaba por su organización, la limpieza de sus calles, el cuidado de su patrimonio y la belleza.