Cientos de nacionalistas, congregados bajo la organización “Antigua Orden Dominicana”, marcharon el pasado domingo con consignas en contra de la instalación de campos de refugiados haitianos en el país.
Portando pancartas que expresaban mensajes como “aquí no caben dos naciones”, “no es migración, es ocupación” y “mi país no es un negocio”, la marcha tuvo lugar desde la estación del Metro de Santo Domingo, Francisco Caamaño Deñó, en la avenida Abraham Lincoln, hasta el Congreso Nacional, ubicado en la avenida Jiménez Moya, en la capital.
El objetivo del movimiento es evitar que se establezcan campos de refugiados haitianos en República Dominicana, argumentando que estos necesitan ayuda externa debido a la difícil situación causada por las bandas armadas que controlan su país.
Además, la organización defiende una postura nacional firme ante las acusaciones y demandas de la comunidad internacional, especialmente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y de los países miembros de la Comunidad del Caribe (Caricom).
Según se expresó en las consignas gritadas durante la marcha, los participantes insisten en que los haitianos deben permanecer en su país y los dominicanos en el suyo. Abogan por leyes antimigratorias más estrictas que sean efectivas para proteger la soberanía del país.
El presidente de la Antigua Orden Dominicana, Ángelo Vásquez, enfatizó el compromiso del grupo con la defensa de la soberanía nacional, rechazando cualquier intervención extranjera en los asuntos de República Dominicana.
Esta no es la primera movilización del grupo. En marzo pasado, fueron recibidos en la oficina de las Naciones Unidas en el país para expresar su rechazo a la instalación de campos de refugiados haitianos, manifestando también su oposición a cualquier intervención extranjera que viole la soberanía y la Constitución del país.
En un evento separado, el presidente de la Comisión Permanente de Efemérides Patrias, Juan Pablo Uribe, defendió a República Dominicana de las acusaciones de racismo y reafirmó la solidaridad del país con Haití, destacando la necesidad de estabilizar y pacificar la nación vecina en medio de la violencia y el caos.