Bartolo García
La Fórmula 1 podría vivir un remezón mayúsculo si Max Verstappen decide abandonar Red Bull, el equipo con el que conquistó sus campeonatos y dominó la parrilla en los últimos años. Su continuidad, cada vez más dudosa, pone en jaque a la escudería de los toros rojos.
La situación se volvió más compleja tras el despido de Christian Horner, figura clave en la era dorada del equipo austríaco. Su salida ha dejado un vacío de liderazgo y abierto las puertas a un escenario impredecible para el futuro inmediato de Red Bull en la F1.
Según el medio alemán Auto Motor Sport, Verstappen habría recibido interés concreto de Mercedes. Toto Wolff, jefe del equipo alemán, no ha ocultado su deseo de sumarlo a sus filas, lo que aumentaría la presión sobre Red Bull para actuar rápidamente.
Hasta ahora, Verstappen ha sido el alma del equipo, aportando el 95,93% de los puntos de Red Bull en las primeras 12 carreras de la temporada. En contraste, sus compañeros Yuki Tsunoda y Liam Lawson apenas sumaron siete unidades en total.
Tsunoda, quien era impulsado por el respaldo de Honda, ha perdido protagonismo ante la inminente salida de la marca japonesa del acuerdo técnico con Red Bull. A partir de 2026, la escudería desarrollará su propia unidad de potencia en colaboración con Ford.
Este cambio deja a Tsunoda sin su principal aliado, lo que hace improbable su renovación. Mientras tanto, Lawson, quien fue bajado del asiento titular tras el GP de Japón, podría mantenerse en Racing Bulls, pero su regreso al equipo principal parece lejano.
En este contexto, surgen nuevas figuras en el radar de Red Bull. Isack Hadjar, joven piloto francés con un sólido rendimiento, es señalado como el candidato interno con mayor proyección para 2026, aunque la escudería no quiere precipitar su ascenso.
Si Hadjar asciende, su lugar en el equipo satélite podría ser ocupado por Arvid Lindblad. A sus 17 años, el británico-sueco ya ganó dos carreras en su debut en Fórmula 2, consiguió la superlicencia y participó en pruebas con Red Bull pese a no haber alcanzado aún la mayoría de edad.
Lindblad es considerado una joya dentro del programa de desarrollo de pilotos y se espera que continúe su adaptación en F2, aunque no se descarta que se incorpore al equipo satélite en caso de que se abra una vacante inesperada.
Sin embargo, el peor escenario para Red Bull sería la salida directa de Verstappen. En ese caso, el nuevo CEO del equipo, Laurent Mekies, tendría que mover ficha rápidamente y encontrar a un piloto de élite para evitar un vacío competitivo.
George Russell, quien finaliza contrato con Mercedes este año, es uno de los nombres más mencionados como posible sustituto. Aunque se espera que Mercedes retenga a Kimi Antonelli, Russell también interesa a Aston Martin y Alpine.
Si Russell no estuviera disponible, Red Bull tendría que mirar a su pasado: Carlos Sainz (hoy en Williams), Pierre Gasly (Alpine) y Alexander Albon (Williams) podrían ser opciones viables. Todos pasaron por el programa de jóvenes pilotos del equipo y tienen experiencia en F1.
Estos pilotos tienen contrato vigente, pero un movimiento inesperado en el mercado podría facilitar su llegada. La escudería austríaca ya ha demostrado en el pasado su capacidad para tomar decisiones rápidas y audaces.
Con los nuevos reglamentos de 2026 en el horizonte, Red Bull se encuentra en un momento de transición clave. La decisión de Verstappen definirá no solo el futuro de la escudería, sino también el equilibrio de poder en toda la parrilla de la Fórmula 1.
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