“La Mecha fue…”, le dice Karina a Diosito en el capítulo que se emitió anoche de El Marginalantes de protagonizar una fogosa escena de sexo. Según dejaron entrever en la serie, la chica ingresó al penal San Onofre para conquistar al joven que personifica Nicolás Furtado e intentar que se olvide de su ex novia, Mecha (La Joaqui).
La actriz que se puso en la piel de La Kari -como se la presenta Marito (Claudio Rissi) a Diosito– es Cumelén Sanz. Tiene 29 años y es de Almagro, su nombre es de origen mapuchey su significado es “nacida en paz”. “Aunque si buscás en Google dice que es ‘estar bien’. Yo prefiero quedarme con lo primero, que es lo que mi mamá me contó en base a una leyenda“, cuenta Sanz en diálogo con Teleshow.
“Había dos tribus que se odiaban y los hijos de los caciques estaban enamorados. Cuando se enteran de este amor prohibido, los amantes son perseguidos y asesinados, aplastados contra una roca. Ella estaba embarazada y el bebé milagrosamente nació. Decidieron ponerle Cumelén, ya que llevó paz a ambas tribus”, continúa la actriz sobre la historia que compara con la clásica obra Romeo y Julieta.
Cumelén se enteró del casting de El Marginal a través de las redes sociales y quiso enviar material fotográfico suyo. Sin embargo, notó que ninguna de las producciones que había realizado daban con el perfil del unitario que producen Sebastián Ortega y Pablo Culell. Entonces llamó a su mejor amiga para que la retratara, buscó en su habitación un rosario, un par de aros, un corpiño que le habían regalado, se recogió el cabello y, sin darse cuenta, comenzó a componer a Karina.
“El papel va a ser mío”, le dijo a sus amigas después de postear en su cuenta de Instagram una de las imágenes que mandó a la producción de Underground. Tres días después la llamaron para anunciarle que había quedado seleccionada.
Cuando se enteró de que en el capítulo de su debut en la serie había una escena de sexo, la actriz no sintió nervios ni miedo porque dos años atrás ya lo había hecho en la película Penélope. “Mi papel tenía varios encuentros fogosos con distintos personajes. Durante ese rodaje aprendí a soltarme y a mostrar mi cuerpo sin pudor“.
De la misma forma destaca el respeto de su compañero Nicolás Furtado y del director del unitario, Alejandro Ciancio: “Fue muy cuidadoso y atento. Al igual que el equipo técnico. Me sentí súper contenida por todos”.
Para componer a Karina, Cumelén se basó en La Pochi, el personaje que interpretó Bárbara Lombardo en El Puntero. Durante las grabaciones, además, se estaba preparando para una obra de teatro cuyos ensayos le permitían tomarse el tren tres veces por semana.
“A veces llegaba tarde al ensayo porque me quedaba fumando un pucho, mirando a la gente, a las familias o a los chicos que vendían en la estación, observando cómo hablaban, cómo caminaban, cómo miraban. Después, en mi casa me vestía como el personaje y me ponía a probar cosas frente al espejo”, cuenta la actriz, que en octubre filmará Lejos de casa, de Laura Dariomerlo.
“También escribí mucho sobre Karina: de dónde viene, qué cosas la marcaron, con quién vive, qué hace para ganarse el pan. Siempre es importante tener la mayor cantidad de información posible acerca del personaje que vas a interpretar. En los guiones no había muchos detalles acerca de ella, así que inventé su propia historia“, asegura la joven que actualmente está haciendo la obra teatral Cerca, melodía inconclusa de una pareja.
Perseguir su sueño. Cume, como la llaman sus amigos, debutó como actriz a los 21 años en el cortometraje Usura, que compartió con Felipe Colombo. En ese entonces debía sustentarse económicamente, y es por eso que tenía un trabajo paralelo que le permitía contar con un ingreso fijo a fin de mes.
Se desempeñaba como asistente ejecutiva de una cadena de cines, pero decidió renunciar para dedicarse a la actuación. Sin embargo, debió conseguir otro trabajo que, una vez más, le asegurara un sueldo fijo.
“Durante mucho tiempo tuve empleos paralelos en distintas empresas mientras me dedicaba a la actuación. Hasta que en 2015 protagonicé No te olvides de mí, junto a Leonardo Sbaraglia, y mi cabeza hizo un clic: quería dedicarme de lleno a mi carrera”, recuerda.
“Pensaba que después de esa película no iba a necesitar trabajar más de otra cosa, que las propuestas llegarían solas. Obviamente, estaba equivocada: es muy difícil e inestable la vida del actor. Así que volví a trabajar y entendí que hay momentos en los que uno tiene la fortuna de estar trabajando de lo que ama, y hay otros en los que hay que rebuscárselas… “, explica de manera muy sensata Cumelén, que “recién este año” logró sustentarse con sus ingresos como actriz.
Hasta entonces fue camarera, asistente administrativa, community manager, niñera, recepcionista en un boliche y vendedora en una agencia de turismo. “Aprendí a hablar portugués porque la mayoría de los clientes eran de Brasil”, dice Cumelén Sanz, que también realizó una participación en la serie sobre Carlos Monzón, en donde interpreta a Silvia, la hija del boxeador.