Linchamientos, asesinatos, secuestros, violaciones sexuales y la quema de inmuebles forman parte del infierno que azota a miles de personas en Haití. La brutalidad y el control de las pandillas se extienden, mientras una desesperada justicia por mano propia agrava la espiral de violencia.
Solo en el primer semestre de 2023, al menos 3.494 personas fueron objeto de ese tipo de vejaciones, indica un informe de la Unidad de Derechos Humanos de la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH).
La velocidad con la que crecen los crímenes es alarmante, ya que entre abril y mayo se registró un aumento del 14% de víctimas (1.860) con respecto a las contabilizadas en los tres meses previos, entre enero y marzo, cuando se reportaron 1.634.
Familias enteras, incluidos niños, han sido ejecutadas y otras han sido quemadas vivas.
Una mujer y su hija corren a través de una barricada levantada por policías que protestan ante la mala dirección gubernamental de las policías en Puerto Príncipe, Haití, 26 de enero de 2023. La crisis más reciente en Haití se hizo completamente perceptible luego del asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, cuando el primer ministro Ariel Henry surgió como líder nacional de un conflicto de poderes, mientras en el país cerca de 200 pandillas han tomado ventaja del caos y se enfrentan por el control. © Odelyn Joseph / AP
Esta situación se presenta en momentos en que las pandillas controlan el 80% de Puerto Príncipe, según estimó el Departamento de Protección Civil del país el pasado 16 de agosto.
Pero la capital no es la única zona golpeada por la criminalidad. El departamento de Artibonite, acumuló el 13 % de los casos señalados, principalmente en las comunas de L’Estère, Liancourt y Petite Rivière de l’Artibonite, remarca el informe.
“La comunidad humanitaria está profundamente preocupada por esta nueva escalada de violencia extremadamente brutal. Familias enteras, incluidos niños, han sido ejecutadas y otras han sido quemadas vivas. Este recrudecimiento de la violencia ha causado un sufrimiento indecible al pueblo haitiano”, afirmó el coordinador humanitario de la ONU en funciones en el país, Philippe Branchat, en un comunicado difundido el jueves 31 de agosto.
Este viernes, cientos de haitianos instalaron campamentos alrededor de la plaza principal de la capital, en una clara señal del caos que se apodera de la ciudad, en medio de nuevos ataques nocturnos de bandas armadas que obligan a las personas a abandonar sus hogares.
“Tenía 3 años (…) Quemaron la casa con él dentro”, afirmó Dailove Pompilus sobre su primer hijo, quien, según ella, murió cuando una pandilla atacó su casa en Carrefour Feuilles, un suburbio de Puerto Príncipe.
Otra mujer en la plaza Sophia Jean, narró que huyó con su bebé de ocho meses y la ropa que llevaba puesta. “No tuve tiempo de tomar nada”, dijo.
Archivo-Un hombre sostiene un machete durante una manifestación contra la inseguridad en Carrefour-Feuilles, un distrito de Puerto Príncipe, Haití, el 14 de agosto de 2023. © Richard Pierrín/AFP
Naciones Unidas estima que más de 10.000 personas han sido desplazadas sólo en las últimas dos semanas.
La grave situación de inseguridad también ha obligado a trabajadores humanitarios a retirarse del país.
La “justicia popular”, combustible que aumenta los crímenes
Si bien las pandillas, que se han ido apoderando cada vez más de zonas del país, recrudecen sus acciones, las organizaciones de derechos humanos explican que el vertiginoso aumento de la violencia también se debe a los llamados “grupos de autodefensa” o “justicia popular” que responden a los movimientos delictivos.
“Frustrados por la debilidad de las instituciones estatales, los residentes, armados con machetes, piedras y bidones de gasolina, impidieron brutalmente la entrada en sus barrios a los miembros de las bandas y a cualquier persona presuntamente afiliada a ellas”, ejemplifica el reporte de la ONU.
Naciones Unidas destaca que ese tipo de retaliación no solo viola los derechos humanos, sino que, además, se corre el riesgo de que los grupos de “autodefensa” se conviertan en nuevas bandas.
Por otra parte, los colectivos de “justicia popular” podrían causar una fragmentación de la capital en varias zonas hostiles, con líneas divisorias entre barrios dominados por más grupos que los que azotan a la población en la actualidad.
“La comunidad humanitaria de Haití hace un llamado a todos los implicados en la crisis para que pongan fin a la violencia ya. Los haitianos no pueden seguir viviendo encerrados en sus casas, sin poder alimentar a sus familias, encontrar trabajo y vivir con dignidad. Los niños no pueden ir a la escuela”, denunció Branchat.
EE. UU. urge a sus ciudadanos a abandonar Haití “lo antes posible”
Ante este preocupante panorama, la embajada de Estados Unidos en Puerto Príncipe pidió esta semana a sus ciudadanos salir de la nación caribeña cuando antes.
La delegación diplomática resaltó que los homicidios se han disparado, así como el número de personas desplazadas.
“Los ciudadanos estadounidenses deben salir de Haití lo antes posible mediante transporte comercial o privado”, publicó la embajada en un comunicado, en el que instó a extremar la precaución.
El aviso llega luego de que a principios de agosto la sede diplomática cerrara de forma temporal, debido a disparos en sus inmediaciones.
La creciente guerra territorial entre las pandillas en Haití ha causado una devastadora crisis humanitaria que ha desplazado a unas 200.000 personas en todo el país y ha dejado a unos 5,2 millones de personas, casi la mitad de la población del país, en necesidad de ayuda humanitaria, según Naciones Unidas.
Si bien Haití acumula décadas de tragedias, violencia y pobreza, la nación ha experimentado un notable aumento de las pandillas, tras el magnicidio del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021, en un país casi sin ley ni orden en el que las violentas agrupaciones se disputan el control.
Organizaciones como Human Rights Watch destacan que en el país, actualmente bajo la Administración del premier interino Ariel Henry, la Policía se encuentra superada en número por las bandas delictivas.
Solo hay cerca de 10.000 policías para los más de 11 millones de habitantes del territorio nacional y los agentes son uno de los principales blancos de la violencia de esos grupos.
Pese a extrema violencia, Washington seguirá deportando a ciudadanos haitianos
A pesar de la extrema crisis de seguridad que vive la nación más pobre del hemisferio, el Gobierno estadounidense seguirá devolviendo a Haití a las personas originarias de ese país que intenten cruzar hacia su territorio de manera irregular.
“Continúan las expulsiones de ciudadanos haitianos encontrados en nuestra frontera sur y la repatriación de ciudadanos haitianos encontrados en el mar”, afirmó el jueves 31 de agosto un portavoz del Departamento de Seguridad Nacional, citado por Reuters.
Tanto la ONU como grupos de derechos humanos instan a Estados Unidos y otros países a que frenen las expulsiones de los haitianos, dadas las complejas circunstancias en las que se encuentra su país, pero por ahora los llamados son infructuosos.
De hecho, a primera hora del jueves, un vuelo que transportaba a 66 inmigrantes haitianos aterrizó en el Aeropuerto Internacional Toussaint Louverture de Puerto Príncipe, según un documento de Seguridad Nacional, señalado por Reuters.
“Aquellos que sean interceptados en el mar están sujetos a repatriación inmediata, y aquellos que se encuentren en Estados Unidos sin una base legal para permanecer están sujetos a expulsión”, agregó el vocero del Departamento de Seguridad Nacional.
Las deportaciones por parte de Washington apuntan a continuar, pese a que la situación de seguridad se ha deteriorado considerablemente en Haití en 2023, como señaló el Gobierno estadounidense esta semana cuando urgió a la salida de sus ciudadanos.
Por lo pronto, está previsto que el Consejo de Seguridad de la ONU vote sobre un plan para enviar asistencia de seguridad internacional, que el gobierno interino de Haití solicitó el pasado octubre. Para discutir esa opción, una delegación de Kenia se reunió con jefes de policía el mes pasado, pero la controvertida fuerza aún no se ha materializado.
Con Reuters, EFE y AP