El uso de desodorante forma parte de la rutina diaria de todas las personas de manera natural. Existen diferentes tipos de los mismos, los cuales se dividen de acuerdo a las necesidades de cada persona, es decir si se transpira en menor o mayor cantidad y también de acuerdo a las actividades que se realicen, por ejemplo los específicos para hacer deporte.
Las glándulas de sudoración que el cuerpo humano tiene cumplen la función de eliminar las toxinas del organismo mediante lo que se conoce como transpiración. Muchos estudios han demostrado que el uso excesivo de desodorante tapa los poros de las axilas e impide que se transpire adecuadamente, razón por la cual las toxinas continúan en el cuerpo o se eliminan por otras vías.
Si bien la transpiración con mal olor resulta sumamente incómoda, se debe tener en cuenta que es un efecto natural del organismo y que ese olor tiene que ver con el tipo de vida que se lleva a cabo, sobre todo con la mala alimentación. Algunas prendas de vestir ajustadas, aumentan el sudor y generan este tipo de olor.
Dentro de los pro de utilizar desodorante se encuentra la capacidad de bloquear el mal olor, gracias al perfume con el que están realizados, y evitar una transpiración excesiva, ya que bloquea los poros con los químicos que contiene. Además, al contener sales, reduce el flujo de sudor y protege a la persona que lo utiliza hasta por doce horas.
Con respecto a los contras del uso de este tipo de producto se destaca que pueden generar alergias en la piel, debido al alto contenido de aluminio y parabenos que contiene. Por otro lado, obstruyen los poros e inhiben la expulsión natural de toxinas alojadas en el organismo, lo que genera que el cuerpo no se desintoxique adecuadamente. También, debido a este tipo de obstrucciones, varios estudios indican que pueden generar patologías leves y severas en las glándulas de las axilas y toda la zona.
