Este refrán se puede tomar por muchos lados, me iré hoy por la promesa que nos hacemos a nosotros mismos.
Principio de año es tierra fértil para prometernos. Llenamos papeles y pensamientos con cosas que deseamos hacer o adquirir. Pasan los días, las semanas y los meses. Al abrir en diciembre el saco de nuestras propuestas de inicio de año, nos damos cuenta que se ha convertido en un cementerio de promesas incumplidas… una vez más.
¿Por qué nos incumplimos? Las razones pueden ser diversas. Por un lado, nos dejamos para último. Entre el trabajo, la familia, los amigos, la sociedad y demás, el tiempo y los recursos se diluyen. Por otro lado, no tenemos un sistema para lograr nuestras propias metas.
Me dedicaré aquí más al primer aspecto: ¿Por qué nos dejamos para último?
Las prioridades del que no se valora en su justa medida pasan siempre al último plano. Alguien llega con una necesidad de atención y, lo que debíamos hacer para cumplir con nuestro plan, se queda para otro momento. Lo que se repetirá siempre.
¿Nos tomamos en cuenta? Pensamos que ayudar nos llena, y es cierto. Pero hay prioridades en la vida. Podemos hacer que quepa todo, o decidir cuál sí y cuál no. Quien te llame egoísta por no dejar de perseguir tus sueños para ayudarle con sus metas propias, debe revisarse. Pienso que egoísta es quien persigue sus metas y me pide que deje de perseguir las mías para ayudarle a llegar a las propias.
Con el dinero pasa igual. A alguien se le antoja que debemos cambiar el móvil y salimos como corderitos a hacer ese nuevo gasto. El que no permitirá que pongamos el grano de arena (o balde) para lograr el gran objetivo, ese sueño que deseamos alcanzar.
¿Cómo que a alguien se le antoja que cambiemos el móvil?
Sí, no nos damos cuenta pero nos están bombardeando todo el tiempo. Los que colocan su publicidad donde quiera, como en las películas donde nos muestran a las personas exitosas con móviles de cierta marca o modelo. Nos van moldeando… Algunos amigos y familiares también se han dejado permear y nos incitan al cambio de móvil (es solo un ejemplo, lo puedes ver con vestimenta, vehículo, lugares a donde ir, etc.). Hasta nos acosan con sus burlas.
Quizá te debas prometer menos y darte prioridad a ti para cumplir más; sería lograr más… ver tus sueños convertidos en realidad.
Diego A. Sosa
Escritor, Conferencista y Consultor