La nueva película de Halina Reijn combina humor negro y thriller en una audaz reflexión sobre el autodescubrimiento y la liberación femenina
Babygirl, protagonizada por Nicole Kidman, llega a los cines este 25 de diciembre como una de las películas más comentadas del año. Dirigida por Halina Reijn, el filme mezcla humor negro, psicodrama y un matiz feminista en un retrato complejo de una mujer que lidia con el peso de sus deseos y la presión de la perfección.
La historia sigue a Romy (Kidman), una exitosa ejecutiva de una empresa de robótica, que en su vida pública parece tenerlo todo: carrera, familia y reconocimiento. Sin embargo, en lo privado, lucha con un deseo no realizado de ser dominada sexualmente, un conflicto que pone en jaque su fachada de control absoluto.
Entre la liberación y el riesgo
La película introduce al pasante Samuel (Harris Dickinson), un joven perspicaz que rápidamente intuye las vulnerabilidades de Romy. Su relación da lugar a una dinámica tempestuosa en la que Samuel satisface los deseos reprimidos de Romy, mientras que ella enfrenta el riesgo de que su aventura desmorone su vida profesional y personal.
A pesar de abordar temas tabú, Babygirl no castiga a sus personajes por sus transgresiones. Por el contrario, Reijn dirige la narrativa hacia la aceptación y reconciliación de los múltiples aspectos de una misma persona. “¿Es posible amar todas las capas diferentes de mí misma, no solo las que me gusta presentar al mundo exterior?”, se preguntó Reijn en la presentación de la película.
Una sátira del arquetipo girlboss
Aunque la película se presenta como un thriller, su tono humorístico y su exploración de los dilemas de la mediana edad la posicionan más como una sátira. En una escena clave, Romy enfrenta el intento de un colega poderoso de extorsionarla utilizando su secreto. Su respuesta, cargada de humor y fuerza, redefine las reglas del juego: “Si quiero que me humillen, pagaré a alguien para que lo haga”.
Reflexión post-#MeToo
En el contexto de un Hollywood redefinido por el movimiento #MeToo y un panorama político que enfrenta un retroceso en derechos para las mujeres, Babygirl ofrece un enfoque fresco. Es una película que aborda la sexualidad femenina y el poder desde una perspectiva moderna, evitando los castigos narrativos tradicionales por la transgresión y presentando una protagonista que encuentra fuerza en su vulnerabilidad.
Con Nicole Kidman en el centro de esta historia, Babygirl promete ser una de las propuestas cinematográficas más provocativas y debatidas de la temporada.
Con información Chantal Anderson/The New York Times