Rickey Henderson, leyenda del béisbol y plusmarquista en bases robadas, falleció a los 65 años tras luchar contra una neumonía, dejando un legado insuperable en la historia de la MLB.
Por: Juan Pablo Bourdierd.
Oakland, USA. Rickey Henderson, legendario jugador de béisbol y máximo referente en bases robadas en la MLB, falleció a los 65 años debido a una neumonía tras una prolongada batalla contra la enfermedad. Henderson fue dos veces campeón de la Serie Mundial y ostenta el récord de 1,406 bases robadas, consolidándose como el mayor estafador en la historia de las Grandes Ligas. También es miembro del prestigioso Salón de la Fama de Cooperstown.
Henderson jugó durante 25 temporadas en las Grandes Ligas, demostrando una longevidad y consistencia excepcionales en el deporte. En 1990, fue galardonado con el premio al Jugador Más Valioso (MVP) de la Liga Americana. Además, ostenta el récord de más carreras anotadas en la MLB, con 2,295, lo que refleja su habilidad para influir de manera decisiva en cada juego.
El icónico jugador demostró ser insuperable en las almohadillas. Su rival más cercano, Lou Brock, logró un total de 938 bases robadas, un número impresionante, pero que quedó muy por detrás del récord inalcanzable de Henderson. Su velocidad, inteligencia y capacidad para leer a los lanzadores lo convirtieron en una constante amenaza para sus adversarios.
A lo largo de su ilustre carrera, Rickey Henderson vistió los uniformes de varios equipos de la MLB, incluyendo los Anaheim Angels, Seattle Mariners, Boston Red Sox, San Diego Padres, New York Yankees, New York Mets y Los Ángeles Dodgers. Sin importar el equipo, su estilo de juego dinámico dejó una huella indeleble en cada organización.
El mundo del béisbol lamenta profundamente la pérdida de una de sus figuras más icónicas, pero el legado de Rickey Henderson vivirá para siempre como un ejemplo de excelencia, dedicación y pasión por el deporte.