Santiago, RD. – El director de un supuesto centro de rehabilitación intervenido por el Ministerio Público en esta ciudad podría enfrentar cargos por actos de tortura, maltrato, así como abuso sexual y psicológico en perjuicio de menores de edad.
Ante la contundencia de los hallazgos y los testimonios de las víctimas, la Fiscalía de Santiago presentó a la Oficina Judicial de Servicios de Atención Permanente la solicitud de medida de coerción, que consiste en prisión preventiva, contra Lorenzo Silverio Almonte o Julián Almonte (El Pastor), que manejaban el centro Nueva Vida para Jóvenes.
Junto a especialistas y fiscales de la Unidad de Atención Integral a Víctimas de Violencia de Género, Intrafamiliar y Delitos Sexuales, la Fiscalía allanó el local de la institución, un supuesto centro privado de rehabilitación que estaría enfocado en tratar a adolescentes con problemas de alcoholismo y problemas de conducta.
Las autoridades rescataron del lugar a cinco adolescentes que estaban “hacinados y en condiciones deplorables e inhumanas” y los pusieron bajo la protección del Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (Conani).
Tras las correspondientes evaluaciones físicas y psicológicas, el Ministerio Público determinó que los adolescentes, con edades entre 13 y 17 años, eran violados sexualmente por adultos responsables de su cuidado, obligados a ingerir sustancias psicóticas y medicamentos sin prescripción médica, además de que recibían castigos como dormir en el suelo, amarrados con cadenas y mojados.
En las labores de investigación y asistencia a las víctimas participan en coordinación la Fiscalía de Niños, Niñas y Adolescentes de Santiago, el Ministerio de Salud Pública, el Servicio Nacional de Salud y la Policía Nacional. Los detalles forman parte de la investigación, todavía en curso, encabezada por la Fiscalía de la provincia.
El Ministerio Público expresó que, ante la contundencia y la gravedad de las imputaciones que pesan sobre Almonte, la prisión preventiva deberá ser la medida de coerción idónea para imponer al investigado, mientras avanzan las pesquisas y se desarrolla el proceso en su contra.