Por JUAN T H
Tras el anuncio temprano -muy temprano para algunos- del presidente Luís Abinader de que no buscará un tercer mandato, que en el 2028 se irá para su casa como un simple ciudadano, en el Partido Revolucionario Moderno se ha desatado una lucha entre compañeros por alcanzar la nominación presidencial.
Más de una docena de dirigentes del PRM, fundamentalmente funcionarios, han anunciado que buscarán la candidatura, iniciando una campaña interna que va tomando ribetes cada vez más peligrosos, atentando contra la estabilidad política del gobierno y la unidad del partido.
Tanto la dirección del partido, como el gobierno mismo, están divididos por los dirigentes-funcionarios, que encabezan las tendencias, en la búsqueda del control de los organismos de dirección del partido de todas las provincias, con sus municipios y sus distritos.
Dirigentes, militantes y simpatizantes, están divididos. Unos trabajan para el ministro de Turismo, David Collado, otros para la alcaldesa de Santo Domingo, Carolina Mejía, actual secretaria general del PRM, otros lo hacen para Guido Gómez Mazara, actual presidente del Instituto Nacional de las Telecomunicaciones, no pocos lo hacen por Yayo Sanz Lovatón, Wellington Arnaud, entre otros.
Todo el que me conoce sabe de mi relación, casi familiar, con uno de los aspirantes a la nominación presidencial. Sin embargo, como ya he dicho, en estos momentos no tengo candidato. Mi candidato sigue siendo Luís Abinader. Por lo menos durante los próximos dos años. No estoy en campaña electoral. Aún no. Todavía no ha llegado el tiempo para salir a la calle promoviendo un candidato o candidata.
Mi candidato o candidata será quien escoja el PRM tras una consulta electoral plural y democrática de las bases. Mientras llegue ese día, en dos años por lo menos, seguiré trabajando por la unidad del partido y por el éxito del gobierno que encabeza Luís Abinader.
Escuché al doctor Gómez Mazara decir que el día que decida iniciar una carrera por la presidencia de la República, abandonará el gobierno, que renunciará del cargo que ocupa como presidente del Indotel. Esa posición no solo me parece sensata, sino ética.
Sin embargo, esa postura no debe ser individual, tiene que ser parte de una línea política trazada por la dirección del partido. Me consta que José Ignacio Paliza, actual presidente del PRM, no está “grupeando”, que abandonó sus aspiraciones, lo cual es saludable, tanto para la organización como para el gobierno.
Pienso que, a partir de enero, el gobierno tiene que ser otro. Ha llegado el momento de relanzar el gobierno, con caras nuevas, frescas, con vocación de servicio y espíritu de cuerpo; gente que vaya al Estado a servir, no ha servirse. Ir al Estado para servirle al pueblo, no ir al Estado para servirse ellos, como suele hacer la “pequeña burguesía, arribista y trepadora”.
El presidente Abinader necesita funcionarios que trabajen para su gobierno y para él, con el interés exclusivo de contribuir con el bienestar del pueblo trabajador.
Como dije en un articulo anterior, no estoy en contra de nadie. Las aspiraciones presidenciales no son malas en sí mismas; todos los ciudadanos tienen derecho, constitucionalmente, a elegir y ser elegible, lo que pienso, es que son extemporáneas; sigo creyendo que este sigue siendo el tiempo de Abinader, que el partido y el gobierno deben estar unidos a su alrededor para que pueda cumplir con las metas estratégicas de crecimiento y desarrollo que se ha planteado para terminar una exitosa labor presidencial.
Partido y gobierno tienen que ir de la mano. El partido es el brazo ejecutor del gobierno. La unidad del partido es fundamental para que Abinader haga un buen gobierno. No pongan la carreta delante de los bueyes. El líder del partido y del gobierno se llama Luís Abinader, quien tiene que empoderarse, cambiar al que haya que cambiar, cancelar al que haya que cancelar, porque al final la historia lo juzgará, no a los que hoy ocupan los cargos que él designó.
Por los próximos dos años, por lo menos, mi candidato sigue siendo Luís Abinader. Los demás que esperen que el PRM, como organización política oficial, anuncie la campaña, validada, como manda la ley, por la Junta Central Electoral.