El presidente Nicolás Maduro fue declarado ganador por el Consejo Nacional Electoral (CNE) con el 51,2% de los votos. En su discurso, agradeció al pueblo venezolano por su perseverancia y conciencia, calificando su victoria como un “triunfo de la paz y la estabilidad”.
Denuncias de hackeo
Maduro denunció un ataque masivo al sistema electoral desde el extranjero, responsabilizando a agentes locales. Solicitó a la Fiscalía investigar y sancionar a los culpables.
Presión internacional
La comunidad internacional, incluyendo la ONU, Estados Unidos y la Unión Europea, exige un recuento transparente de los votos. Las protestas en Caracas se intensifican mientras las acusaciones de fraude electoral se propagan.
Reacciones mixtas
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, expresó que reconocerá los resultados finales una vez confirmados, mientras que otros países continúan presionando por transparencia.
La comunidad internacional, cada vez más convencida de que el proceso electoral de Venezuela no ha sido transparente, le ha reclamado este lunes al chavismo que muestre una por una las actas de los colegios electorales, que la oposición critica que no le han sido entregadas en su mayoría. La autoridad electoral, controlada por el oficialismo, proclamó el domingo vencedor al presidente Nicolás Maduro con casi un millón de votos de diferencia respecto a su rival, Edmundo González Urrutia: 51,2% por el 44,2%. Mientras la comunidad internacional incrementaba la presión y el Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamaba a Maduro presidente sin tener aún los datos oficiales, las protestas se extendían por Caracas.
La sospecha y, sobre todo, las acusaciones de que el domingo se había producido un fraude se propagó poco después de que el CNE, el árbitro en las urnas, anunciase la victoria de Maduro, que se reelige por segunda ocasión. En su primera victoria, un año después de la muerte de Hugo Chávez, que lo designó su sucesor cuando ya se encontraba en la fase terminal de un cáncer, también la oposición consideró que le habían escamoteado una victoria a Henrique Capriles en las elecciones presidenciales de 2013. En las siguientes no se presentó ningún candidato de consenso de parte de los antichavistas, que consideraban que el hecho de concurrir era una forma de validar al chavismo, y el presidente ganó sin mayores problemas. Esta vez, los opositores pensaban que con el arrastre del fenómeno político en el que se ha convertido María Corina Machado lograrían una victoria abultada y al oficialismo no le quedaría más que reconocer una derrota. No ha sido así, por ahora.