Te hemos preparado una lista ordenada por precio con los mejores tintos que puedes comprar actualmente. Así que, cuando te empiece a escocer, puedes dejar de leer
Por Santi Rivas
Llevo un 2022 frenético, ya hay tanto material en forma de vinos probados que aquí voy con los mejores tintos de este semestre.
Es que veo que como espere a final de año para glosar todos, a este ritmo, el texto resultante acabaría teniendo la extensión de “El Señor de los Anillos”.
Por ello, y siempre inspirado por mi vocación de servicio público, voy a dar a conocer los tintos que más me han gustado de lo que llevamos de 2022.
Pero antes, una precisión: no voy a incluir en este listado botellas de las que no encuentre enlace de venta, por eso en esta selección no aparecen referencias de Overnoy o Las Beatas de Telmo Rodríguez, entre otros.
Así que, por el amor de Dios, antes de criticar la ausencia de vuestra referencia favorita, comprobad que esté disponible.
Que, de todos modos, seguramente sí lo esté, por lo que la citada omisión solo obedecerá a la mediocridad de vuestra propuesta, pero que miradlo.
Tampoco, como es habitual en mí, están ordenados por calidad, sino que su orden obedece al ritmo creciente del dolor de bolsillo. Por ello, de verdad, parad de leer cuando lleguéis a vuestro umbral, porque tened en cuenta que ahora vienen 20 vinos.
Estáis ante un texto del tamaño de un relato de Ambrose Bierce o Robert Bloch. Sé que no sabéis quién son (lo hago adrede para parecer más guay aún), pero vamos, lo que quiero decir es que va a ser lo más largo que leáis este mes. Empiezo:
1. Peter Wagner, Oberrotweil, Spätburgunder, Baden, Alemania. 26,20 euros
Comienzo dejando atrás la psicológica cifra de los 20 euros, recordad que esto es una selección de la excelencia.
Lo suyo, si os soy sincero, hubiera sido incluir la Pinot Noir de otro productor llamado Wasenhaus, pero como, oficialmente, es un unicornio pues os propongo esta de Peter Wagner que también da nivelazo, además me sirve para indicaros que os tenéis que poner al día con los tintos de Baden que son una maravilla.
2. Mark Haisma, Bourgogne, 2020. 29 euros
Esto lo he descubierto hace poco más de una semana.
Resulta que estaba yo en una fiesta de estas de que cada uno se traiga un vino, y un ser humano, del que desconozco su identidad, dejó este genérico de Borgoña por ahí, lo probé y quedé asombrado del fresqueo que propone el Sr. Haisma.
No se mucho más de él salvo que también hace vino en el Ródano, es australiano y en Dinamarca lo distribuye la empresa de Michael Laudrup.
Sí, el traidor ese tiene muy buen ojo con el vino.
3. Cortijo los Aguilares, Pinot Noir, 2019, DO Sierras de Málaga. 30,90 euros
Voy con una de mis bodegas fetiche que, además, está ubicada en uno de los municipios más bonitos que yo he visitado: Ronda. En tal privilegiada ubicación, la enóloga Bibi García se marca la mejor Pinot Noir de este país sin caloret mediante. Es realmente adictiva.
Una referencia que pone en tela de juicio a la tradicional xenofobia ampelográfica winelover, ya que esta gente es muy negativa con toda variedad que no sea muy española e histórica. Que sí, que la Carrasquín está muy bien, pero que quien se pierda este vino por hacer el VOXer es un lelo de cuidado.
4. Suertes del Marqués, Cruz Santa, 2020, DO Valle de la Orotava. 33,70 euros
Allá donde haya una selección top escrita por mí, habrá vulcanismo. Y es que si de algo soy fan es de los vinos tinerfeños de Borja Pérez (Ignios Orígenes) y Jonatan García (pronunciado así, con jota, no Yonatan) y su bodega worldclass Suertes del Marqués.
He elegido Cruz Santa, además de por haber volcán inside certificado por mí, porque resulta el más accesible de sus tintos, el más sabroso, guardando una alta complejidad.
Tiene más flow que Snow tha Product.
5. Verónica Ortega, Cobrana, 2020, DO Bierzo. 34,10 euros
Viajamos a León con esta productora de culto gracias a este, para mí, su mejor tinto y es que también es uno de los mejores tintos de este país.
Además, cada añada está más bueno, no sabemos dónde está su techo, pero seguiremos probándolo año a año para contároslo.
Soy consciente de que tengo el mejor trabajo del mundo.
6. Descendientes de J. Palacios, Villa de Corullón, 2019, DO Bierzo. 42,50 euros
Sigo en el Bierzo con unos amigotes de Verónica a la par que bodega estandarte de la región. Esta gente se marca referencias mileuristas (La Faraona) y asequibles (Pétalos) para que nadie se quede sin su Mencía. Vocación de servicio público también el suyo. Todo con el común denominador de ser fácil de beber y equilibrado.
Factoría de vinazos, pero, independientemente de los precios, mi favorito siempre ha sido su clase media Villa del Corullón.
Sale por algo más de 40 euros, pero realmente son casi 90 euros dado que es muy difícil solo tomarse una botella. Es como lo que pasa con los Doritos esos naranjas del demonio que es imposible comerse solo un par. Lo mismito
7. Abel Mendoza, Graciano, Grano a Grano, 2018, DOCa Rioja. 44,40 euros
Abel Mendoza es el jefe, un referente de sabiduría, y buen hacer, en su región.
Todos sus vinos dan un gran nivel, y más teniendo en cuenta sus precios.
Aquí se marca la mejor Graciano de este país, este vino debería costar el doble, pero mira, mejor para vosotros.
8. Guímaro, Finca Capeliños, 2019, DO Ribeira Sacra. 49,90 euros
Aparece la primera gallegada de culto a base de, yo creo, todo lo que hay por la zona, a saber: Mencía, Sousón, Mouratón, Negreda, Garnacha Tinta, Brancellao y Merenzao.
La verdad es que hay un par de variedades que no se ni lo que son, pero esto, así todo junto, está muy bueno.
Su limitada producción hace que desaparezca rápido de las estanterías especializadas y de internet. Hay que estar ágiles, esquirers. Que luego me vendréis llorando con que no lo encontráis.
9. Niepoort, Charme, 2015, Douro, Portugal. 63,50 euros
Además, esta añada en concreto de la que estoy perdidamente prendado.
La primera vez que lo caté sería al poco de salir, hará unos 3 años, y desde entonces lo voy probando recurrentemente.
Por ahora no ha dejado de mejorar, sí, exceptuando a los involucrados en su elaboración me autoproclamo mayor experto en Charme 2015 del mundo.
Y a ver quién me quita el título.
10. Emidio Pepe, Montepulciano d´Abruzzo, 2018, Italia. 69,42 euros
Toda la wineloverada, cuando se menciona al tinto italiano, anda muy flipada con las Nebbiolos y eso está bien, pero en Italia hay más regiones y bodegas de clase mundial
Una de ellas es Emidio Pepe que a nosotros nos suena a ropa de diseñador italiano de mentira de El Corte Inglés, pero que aquí si es un señor de verdad.
Como lo son sus vinos, compradlos que también me da que en no mucho se unicornizarán.
Al tiempo.
11. Nicolás Catena Zapata, 2016, Mendoza, Argentina. 84 euros
Creo que es la primera vez que incluyo un vino argentino en una de mis selecciones, era un error a subsanar. Peco de probar muy poco vino sudamericano. No se tercia.
Pero como soy consciente de mis debilidades este año he decidido beber más de estas latitudes y, como intuía, no ha tardado en aparecer el primer vinazo.
Y brindemos por Carlos Bilardo que el hombre anda pachucho.
12. Quinta do Vale Meao, 2019, Douro, Portugal. 158,21 euros
Hay algo que no me explico en este vino. Y es que yo, de esta referencia, compro dos botellas cada año por 60 euros cada una. No sé cómo puede estar ahora superando los 150 euros, por mucho precio que me haga mi colega.
Es mejor amigo de lo que me pensaba.
A ver: está bueno, muy bueno. Tiene un culto considerable, además de una historia muy singular: este viñedo se destinaba a ser parte del mito líquido portugués Barca Velha hasta 1999, año en que, por lo que fuera, la familia propietaria decidió utilizar la uva de dicho viñedo para lanzar su propio vino. También se popularizó en los círculos más neoliberales y “cuñaders” patrios al protagonizar una polémica de Marcos de Quinto en la que se declaraba fan de este Douro.
Espero que no lo mezclara con Coca Cola. Y no, no os voy a dar el contacto de mi “Vale Meao dealer”.
13. Domaine Leroy, Bourgogne, 2017. 230 euros
Bueno, esto lo bebí esta nochevieja y no es que sea uno de los mejores tintos del año, es que resultó uno de los mejores vinos de mi vida.
Y eso que es un genérico.
También os digo que esa noche tampoco acabé en las mejores condiciones de hidratación, por lo que más que una vivencia propia tengo la impresión de que es un recuerdo de otra persona.
No me dio ni para sujetar el móvil y marcarme unos stories. Ese fue el nivel de la merla.
14. Dominio de Atauta, La Roza, 2016, DO Ribera del Duero. 230,15 euros
Cuando leo, o escucho, sentencias como la de que “en la Ribera del Duero solo hace castóreo” o que “allí solo hay tintazos machirulos”, me da por poner la misma cara que le pondría Jesucristo a un niño.
Y es que, si bien es una región, como todas, con sus problemas -maderones y pacharaneos-, yo creo que ya hay las suficientes bodegas para que nos empecemos a cuestionar este lugar común tan de winelover de Instagram
Para comprobar lo que digo tampoco hace falta gastarse más de 200 euros, pero si los tenéis, una opción muy seria es esta barbaridad de Dominio de Atauta, una de las bodegas que están poniendo a Soria en el mapa del terroir de este país.
Bueno, es que yo creo que hay pueblos de Soria con inmuebles más baratos que este tinto.
15. Château Pichon Baron, 2010, Pauillac, Burdeos. 265 euros
Mal bebedor de vino sería si entre la excelencia no aparece un buen Burdeos.
Este sin ser de los mileuristas, es una bodega serie media (aquí es cuando los que no suelen gastar más de 20 euros por botella se me desmayan) en una de sus mejores añadas de lo que llevamos de siglo.
Un tintazo en el mejor de los sentidos, que los tiene.
16. Stag´s Leap, S.L.V, Cabernet Sauvignon, 2018, Napa. 295 euros
Pues otro tintazo, además muy famoso porque es de la bodega que ganó el llamado Juicio de París (esto otro día lo explico) y no me extraña.
Yo lo pude probar, y reprobar, y volver a probar, en una cata comparativa entre vinos DOCa Rioja y Napa.
Este destacó sobremanera. Sentí el California Love.
17. Bodegas Artadi, Viña el Pisón, 2019, Álava. 350 euros
Encima en esta ocasión voy con su top de gama, al menos por precio, del que mucho tienen por mejor Tempranillo de España.
Esté 2019 aún anda joven, lejos del momento “nirvanesco” denominado ready to drink, pero ya da nivel de clase mundial.
Es un vino para guardar un par de décadas.
Puede parecer mucha espera, pero para que no se te haga largo ponte a pulular por el menú de contenidos de Netflix, o plataforma parecida, y para cuando te decidas por ver algo ya habrá pasado, al menos, la mitad de la primera década.
Así visto no resulta tanto.
18. Giuseppe Rinaldi, Tre Tine, 2010, Barolo
Uno de los grandes unicornios, un yeti, un bigfoot, un Nessie, un black cat, un megalodón, un chupacabras, una Champions del Atlético de Madrid, un cisne negro, un fenómeno forteano, en definitiva… algo muy raro de presenciar.
Yo puedo atestiguar que existe, lo he bebido y me ha gustado.
Por eso está aquí, bueno por eso y por vacilar un poco.
19. Jean-Louis Chave, Hermitage, 2019, Ródano. 495 euros
Gran ejemplo de Syrah descomunal del Ródano proveniente de un productor de referencia, acostumbrado a la excelencia, que solo hace vinos generadores de stendhalazos.
No sabéis lo que emociona, cuando pruebas tanta metralla como yo, encontrarte con semejante finura. Con un vino en el que todo está en su sitio funcionando a un nivel máximo. Ahora ya solo os queda apartar los casi quinientos euros que cuesta. Y daros prisita que esto también se agota con facilidad.
20. Penfolds, Grange, Shiraz, 2016, Adelaide Hills, South Australia. 699 euros
Y acabo con otra Syrah: con el vino, hasta donde yo sé, más caro de Australia. De hecho, hay añadas que rozan los 1.000 euros.
Hago constar que es una Syrah muy diferente a la francesa, ya que aquí, quizá por lo potente de su concepto junto a su juventud, no se ve tanto las particularidades de esta uva y sí más las del conjunto de un vino que, aunque está en las antípodas (que bien traído) del fresqueo, sí que tiene una finura ligada a una estructura que me hace pensar que esto, con (mucha) guarda, va a estar de antología.
Si vais desahogados compradlo y comparáis. Que es muy didáctico. Casi tanto como este texto. Me he quedado bastante a gusto, la verdad.