Para la mayoría de las personas, Pinocho es sinónimo de la película de animación de Disney sobre una marioneta de madera cuya nariz puntiaguda crece cada vez que dice una mentira. Pero el relato original no trata principalmente de la mentira. Sí, Pinocho dice mentiras, pero eso forma parte de su mal comportamiento.
Dos nuevas versiones de Pinocho, una de Disney dirigida por Robert Zemeckis, con Tom Hanks en el papel de Gepetto, y otra del cineasta mexicano Guillermo del Toro para Netflix volverán a acercar al gran público este clásico italiano.
La historia de la marioneta más famosa del mundo está en las antípodas de la edulcorada versión que en 1940 presentó al mundo Disney. Lejos de ser una figura ingenua y despistada, Pinocho es un personaje muy contradictorio.
Las aventuras plasmadas en papel por el escritor italiano Carlo Collodi navegan entre el moralismo y el humor negro. Sus peripecias no caen en el sentimentalismo, sino que reflejan los problemas de la Italia del siglo XIX.
“En la historia original hay como una especie de oscuridad”, explica a BBC Mundo Roberto Vezzani, de la Fundación Nacional Carlo Collodi.
“La historia fue escrita en un momento en el que la reunificación italiana había tenido lugar veinte años antes. El país estaba sufriendo para encontrar la reunificación real. Había mucha pobreza y muchos problemas sociales. De esta manera, la historia, que normalmente se considera una historia infantil, en realidad refleja los problemas de esa época en Italia”, detalla Vezzani.
“Las versiones de Disney siempre son un poco edulcoradas y aplacan las versiones originales de los libros infantiles que se escribieron entre los siglos XVII y XIX, que son siempre cuentos más oscuros, más tristes y desoladores que las versiones de Disney”, explica a BBC Mundo Fredy Ordóñez, traductor de una versión colombiana de Pinocho.
“Esto tiene que ver con que el concepto de niños que tenemos ahora no existía en ese momento. No diferenciaban la psicología infantil de la adulta. Son cuentos muy crudos y muy reales”, agrega.
De esta manera, el libro incluye numerosas escenas y aventuras que quedaron fuera de las versiones cinematográficas.
“Me impresionó mucho la crudeza, la violencia de algunas escenas como, por ejemplo, cuando Pinocho apoya los pies en un brasero y se le queman mientras duerme. Es una escena terrible”, comenta al respecto a BBC Mundo Francesca Barbera, traductora de la versión publicada recientemente por la editorial chilena La Pollera.
Origen del libro
Carlo Collodi (1826-1890), pseudónimo de Carlo Lorenzini, nació en Florencia, donde su padre era cocinero de una familia aristocrática.
Tras pasar como voluntario por el ejército toscano durante las guerras italianas de independencia de 1848 y 1860, fundó un semanario satírico, “Il Lampione”, cuya intención era “iluminar a quien anda en tinieblas”.
El 7 de julio de 1881 publicó en formato serie, en el Giornale per i bambini (Diario infantil), los primeros capítulos de “Historia de una marioneta”, que fueron recopilados dos años más tarde en un libro titulado “Las aventuras de Pinocho”.
“Collodi era una persona desencantada. El texto está permeado por una fe y una desesperanza al mismo tiempo. Hay una sátira, una crítica a la clase social, crítica a la justicia, crítica a este afán de enriquecerse”, analiza Barbera.
Pero en un primer momento Collodi no quería extender mucho las aventuras de la marioneta. Tenía previsto su final en el capítulo 15, cuando la Zorra y el Gato ahorcan a Pinocho de un gran roble para robarle sus monedas de oro.
“Y no tuvo aliento para decir más. Cerró los ojos, abrió la boca, estiró la pata y, dando una gran sacudida, se quedó tieso”.
Pero los jóvenes lectores no estaban de acuerdo con este final y mandaron numerosas cartas al diario pidiendo más capítulos de Pinocho.
¿Por qué terminar así con Pinocho? Vezzani cree que “Collodi quería terminar la historia en una especie de objetivo moralista, en el sentido de que si no actúas como un buen chico, puede pasarte algo malo”.
Finalmente, lograron convencer a Collodi para que continuara la historia, que acabó convirtiéndose en un inmenso éxito en todo el mundo, aunque Collodi murió antes de poder verlo.