El desafío de Marcha Verde en 2018
El movimiento Marcha Verde
Tabla de contenido
- El movimiento Marcha Verde
- La convocatoria al Palacio
- Seguir acumulando fuerza
- El desafío de la movilización ciudadana
- La persistencia como clave del éxito
- Un programa aglutinante
- Desmovilización y Cooptación en la Sociedad
- Metas de la MV y Combate a la Corrupción
- Exigencias Inmediatas
- Demandas al Presidente Danilo Medina
- Renovación de Órganos y Control de la Corrupción
- Ni subestimar ni sobrestimar
El movimiento Marcha Verde (MV), reconocido como el acontecimiento político-social más impactante del año pasado, tiene su primer desafío del 2018 el próximo domingo 28 con una concentración ante el Palacio Nacional llamada a demostrar que, al cumplir su primer aniversario, no se ha extinguido como anhelan y pregonan los voceros del gobierno.
Para entonces los líderes del movimiento contra la corrupción y por el fin de la impunidad tendrán que presentar demandas concretas con metas alcanzables progresivamente y fomentar la conciencia de que vencer las resistencias de un sistema político profundamente corrompido no es cuestión de meses, probablemente años, aún con la incorporación de múltiples segmentos sociales.
La convocatoria al Palacio
Una asamblea nacional de la MV impuso una meta muy alta para comenzar el 2018, después de una pausa de meses en sus exitosas movilizaciones por gran parte del país, como es la de reunir una significativa concurrencia ante la sede del gobierno que se da por hecho que tendrá un cerco policíaco militar capaz de disuadir a una proporción de los inconformes.
Hubiese sido mejor inversión repetir la marcha con que arrancó el movimiento el 22 de enero del 2017, la cual partió de la confluencia de las avenidas 27 de Febrero y Máximo Gómez hasta el Altar de la Patria, pasando por el costado norte del Palacio Nacional, para demostrar que ahora son muchos más los que sustentan la lucha contra la corrupción y por el fin de la impunidad. Pero predominaron los “más vigorosos” que ya para la marcha del 16 de julio querían ir hacia la sede del gobierno, y luego proponían una ruta de 12 kilómetros, a la Plaza de la bandera en la avenida Luperón, inalcanzable para las mayorías.
Concentración del 28: Movilización ciudadana pacífica y ordenada
La concentración del 28 está prevista para la confluencia de la avenida México y 30 de Marzo, con tribuna de espalda al Palacio. Las autoridades establecerán límites que tendrán que acatar una movilización ciudadana pacífica y ordenada, que convoca hasta a los niños, y le obligará a invertir recursos humanos para evitar y evadir provocaciones que degeneren en algún incidente para buscar su descrédito. El gobierno, que ha evadido confrontar abiertamente el movimiento no puede exponerse a una represión que potencie la protesta, pero sus bocinas intentarán meter miedo para reducir la participación.
Seguir acumulando fuerza
No hay dudas de que la MV logrará una gran concurrencia el 28, cuando deberá presentar la agenda para el 2018, que diseñó en los foros regionales de noviembre y diciembre pasados. Lo que correspondería es proseguir la acumulación de fuerza manteniendo las características que le han dado impacto, de movimiento ciudadano pacífico y ordenado, de amplio espectro social, apartidista, de un gran liderazgo horizontal, sin protagonismos individualistas, que convoca a todos los preocupados por el nivel que ha alcanzado la corrupción y la impunidad que la incentiva.
Los que pretenden milagros a corto plazo se muestran insatisfechos de los resultados del primer año de la MV, aunque la mayoría de sus líderes están conscientes del impacto logrado, posicionando la preocupación por la corrupción y la impunidad en el primer plano del debate nacional en todos los medios de comunicación, en las redes sociales y en las tertulias cotidianas. La concentración evangélica del día de año nuevo y la pastoral de los obispos dominicanos de esta semana podrían ser frutos de esta movilización.
La importancia de la movilización ciudadana
La orden de los Jesuitas difundió un video exhortando a proseguir la lucha contra la corrupción y la impunidad.
El desafío de la movilización ciudadana
Es obvio que el gobierno y sus sustentadores han apostado a que la población se canse de marchar, guardando silencio frente a la movilización y sus demandas, pero no han podido dejar traslucir sus temores de que alcance mayores dimensiones, sobre todo cuando tiene pendiente en lo inmediato documentación de las acusaciones por el escándalo Odebrecht y salida de la incierta situación de las polémicas plantas de carbón, cuya finalización está afectada por la demanda de 708 millones de dólares adicionales para una obra considerada sobrevaluada desde su inicio.
La persistencia como clave del éxito
Hay quienes se desesperan y preguntan si la movilización ciudadana podrá alcanzar su objetivo fundamental. Y la respuesta es que lo peor es darse por vencido o pretender que toda una cultura de corrupción puede ser desarraigada en cuestión de meses. El éxito de la lucha por la aplicación de la ley del 4% del PIB para la educación fue fruto de la persistencia de la movilización ciudadana durante varios años y era más fácil que poner límites a la corrupción y la impunidad.
Un programa aglutinante
La movilización ciudadana tendría que darse un programa que siga convocando la ciudadanía, acentuando didácticamente la iniquidad de la corrupción y sus perjuicios, sobre todo para los sectores sociales excluidos y los más carenciados, que no han predominado en el movimiento de perfil de clases medias. Es fundamental proponerse metas alcanzables que no generen frustración, y aún si no se consiguen.
Manteniendo la Indignación: Propuestas Ambiciosas y Desafíos Actuales
Desmovilización y Cooptación en la Sociedad
En los últimos tiempos, las mayorías han sido adormecidas por políticas de desmovilización y cooptación de la dirigencia social en diversos niveles. Desde los sectores populares hasta los sindicales, gremios profesionales, empresariales, medios de comunicación, periodistas, artistas e intelectuales, se ha generado un ambiente de desaliento. Es crucial mantener la indignación y proponer medidas que no solo luzcan ambiciosas, sino que también sean factibles y efectivas.
Metas de la MV y Combate a la Corrupción
La MV no busca el poder para transformar el país, por lo que sus metas deben estar enfocadas en el combate a la corrupción y la proscripción de la impunidad a corto, mediano y largo plazo. Es fundamental establecer un calendario de prioridades que permita avanzar de manera efectiva en estas áreas.
Exigencias Inmediatas
En el corto plazo, es necesario exigir que, al término del plazo de 8 meses para fundamentar acusaciones por los sobornos del escándalo Odebrecht, la Procuraduría General presente las investigaciones realizadas en el país. Esto incluye procesar a todos los implicados, investigar denuncias de sobrevaluaciones en obras y financiamiento político, y detener los pagos por las plantas de carbón.
Demandas al Presidente Danilo Medina
Otras demandas inmediatas deben dirigirse al presidente Danilo Medina para desbloquear la aprobación de leyes del Régimen Electoral y de partidos que reduzcan la corrupción. Aspectos como el alto costo de las campañas electorales sin controles ni sanciones, el uso de recursos estatales de manera indebida, el rentismo empresarial y el clientelismo deben ser abordados de manera urgente.
Renovación de Órganos y Control de la Corrupción
En los próximos meses, la renovación de órganos como el Tribunal Superior Electoral y el Tribunal Constitucional será crucial. Estos órganos inciden en el control de la corrupción política y los derechos ciudadanos, por lo que la MV debe prestarles especial atención. Asimismo, es necesario dar seguimiento a los escándalos de corrupción pendientes de esclarecimiento y sanciones.
Reforma institucional para la regeneración del Estado
La importancia de metas a mediano y largo plazo
La reforma institucional en la República Dominicana debe implicar metas de mediano y largo plazo. Esto incluye reformas para garantizar la independencia de los poderes del Estado, especialmente la justicia y el ministerio público, así como la constitución de órganos de control como la Suprema Corte, la Junta Central Electoral, el Tribunal Superior Electoral, el Tribunal Constitucional, la Cámara de Cuentas y la Defensoría del Pueblo. Es fundamental que el Congreso cumpla su función fiscalizadora sin prácticas corruptas.
Reforma constitucional como base para la regeneración institucional
Estas metas son de mediano y largo plazo, ya que implican una reforma constitucional que no será fácil de lograr en un Congreso controlado por el partido gobernante. Sin embargo, son fundamentales para la regeneración institucional y el control de la corrupción y la impunidad en el país. Es importante enfocarse en estas metas en lugar de centrarse únicamente en pedir la renuncia o juicio político al presidente, quien tiene un control absoluto sobre los órganos del Estado.
Ni subestimar ni sobrestimar
Los sectores involucrados en la movilización tienen que tener en cuenta que el partido gobernante no cederá fácilmente si no se ven obligados a hacerlo. Para lograr cambios, el movimiento y la oposición política deben acumular más fuerza y evitar confrontaciones que puedan alejar a sectores que recién comienzan a participar. Acciones como un paro general, que algunos consideran, podrían no ser efectivas y alejar a potenciales aliados.
Es importante recordar las paralizaciones de décadas pasadas, que estaban acompañadas de coerción y violencia, y que no lograron cambios significativos. Estos métodos no son adecuados para la movilización pacífica que caracteriza a la actual movilización, que ha logrado involucrar a diversos sectores de la sociedad.
A atletas que apenas comienzan a caminar no se les puede proponer que salten.
La coyuntura electoral
Los dirigentes de MV tienen también que seguir conteniendo las corrientes anti partidos, propias de coyunturas revolucionarias donde las masas se imponen a todo costo, lo que está lejos de la realidad. Su éxito dependerá de la persistencia en sus objetivos, como fue el caso del movimiento por el 4% del PIB para la educación, que logró imponer su meta en la campaña electoral del 2012, por su capacidad para negociar con los partidos, incluyendo al de gobierno.
A menos que se produzca un desbordamiento de masas o un abrupto descalabro económico, que no están en el horizonte del corto plazo, el punto de inflexión para la Marcha Verde será la coyuntura electoral del 2020. Si llega con mayor fuerza podría obligar a los gobernantes a acoger sus reclamos, o a los partidos opositores a levantarlos en un amplio frente. Si ninguna de estas dos alternativas operan, entonces, y sólo entonces, pudiera nacer alguna opción política nueva. Pero que nadie sueñe con programas revolucionarios ni ambiciosos, pues la coyuntura nacional ni la internacional parecen ni remotamente propiciarlos. Un proyecto de transición democrática que revierta el deterioro institucional, con respeto de la Constitución y la leyes, que contenga la corrupción, la impunidad y la carrera insostenible de endeudamiento y que mejore las políticas sociales y promueva equidad, sería una revolución en las circunstancias actuales. Fuente