Por JUAN T H
Como un jugador de naipes en un casino, El expresidente Leonel Fernández, está apostando todo el capital político que aún le queda, que es cada vez menos, en una última partida al ver que la suerte parece habérsele escapado. Ha lanzado todas sus fichas sobre la mesa apostando al número 24, temiendo perderlo todo y quedarse sin futuro. Si no gana, se quedará sin nada. ¡La suerte está echada! ¡Todo o nada!
De acuerdo con la prensa, el presidente de la Fuerza del Pueblo cree que la economía del país colapsará y que la crisis será tan grande y profunda que se llevará al gobierno golpe y porrazo fruto del desempleo, la inflación y el descontento popular que abarcará a todos los sectores sociales. Si el país quiebra, si la economía se va al carajo, Luís Abinader, el PRM y las demás fuerzas que lo respaldan, también.
Al exmandatario no le interesa que la economía se mantenga a flote, que se fortalezca y que las fuerzas productivas, generadoras de riquezas, crezcan. Por el contrario, que continúe el endeudamiento de manera desproporcionada, que la masa monetaria se reduzca, que el valor del dólar aumente y que el peso pierda el valor que ha adquirido en estos dos años, que las reservas monetarias desciendan a niveles alarmantes y que la macroeconomía se desestabilice, provocando una hambruna por el desabastecimiento y el alto costo de la vida acompañado por el desempleo, la inseguridad, etc. En pocas palabras, el expresidente Fernández desea que el país se joda, es decir, que nos jodamos todos, menos él y sus lacayos que aguardan como buitres para continuar chupando la sangre del pueblo dominicano.
El candidato sempiterno, que ya ha sido jefe de Estado en tres ocasiones, vaticinó, tras haber visto su bola de cristal mágica, “un panorama sombrío para el país durante los próximos dos años”, justo cuando debe terminar el mandato del presidente Luís Abinader, si es que no logra repostularse, como espera.
Aseguró que los sectores de la economía que se han comenzado a reactivar son los que tienen relación con el sector externo, como las remesas, zonas francas y turismo, principalmente de Norteamérica”
“Llama la atención que lo que tiene que ver con factores nuestros hay un estancamiento, y hay un estancamiento en un elemento que es esencialmente para el sostenimiento de la sociedad dominicana, que es la producción de alimentos”.
De acuerdo con Leonel, el presidente Luís Abinader, que es economista, lo que no es Leonel, que es abogado, sin ejercicio profesional, no sabe un carajo de economía, ni quien fuera el gobernador del Banco Central de los 5 gobiernos del PLD, incluyendo los 3 que encabezo, Héctor Valdez Albizu, que de repente embruteció al igual que todos los economistas del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo y del Fondo Monetario Internacional, entre otros organismos internacionales, que aseguran todo lo contrario. Dicen que la economía dominicana, a pesar de la guerra, a pesar de la pandemia, de los altos precios de los combustibles, de los “commodities” y los fletes, va por buen camino.
El presidente Abinader aseguró en estos días, en respuesta aparente al presidente Fernández, que la República Dominicana “será luz y el faro de Latinoamérica, como lo ha sido en los últimos años”, asegurando que la nuestra, contrario a lo que sucederá en otras naciones, crecerá entre un 4 y un 5%, de acuerdo a los pronósticos de organismos financieros mundiales.
Mientras el presidente Abinader siembra certidumbre en medio de la incertidumbre, que vive el país y el mundo, Leonel Fernández crea desasosiego, incertidumbre, desconfianza y desesperanza. Mientras Leonel quieren la ingobernabilidad y el caos, el presidente Abinader propicia la gobernabilidad y la paz social.
Es cierto que la situación internacional es un factor negativo, no solo para la República Dominicana, sino para el mundo, que ve amenazada la gobernabilidad y la paz social. Pero también es cierto que las autoridades dominicanas han estado manejando la situación con acierto, tacto y prudencia, evitando gastos innecesarios, francachelas y despilfarros, economizando los recursos del Estado. La recuperación de las zonas francas, que Leonel llevó a la quiebra alegando que el modelo estaba agotado, la agricultura, que Leonel abandonó, el turismo, que Leonel no desarrolló ni potenció, etc., muestran que el ex presidente Fernández miente constantemente, como es su costumbre, en su desesperación por desplazar al presidente Abinader para volver junto a sus depredadores a vaciar las arcas del Estado, como lo hizo durante 12 años, sin contar los 5 de Danilo Medina, que también son su responsabilidad histórica.