Un juzgado de Estocolmo declaró este miércoles al rapero estadounidense A$AP Rocky y dos de sus acompañantes culpables de agresión en una pelea callejera en la capital sueca, aunque evitarán volver a la cárcel tras pasar un mes en prisión preventiva.
La sentencia implica que el rapero, que ya había sido puesto en libertad por el mismo tribunal el pasado día 2, no tendrá que volver a Suecia, país que abandonó a las pocas horas de dejar la cárcel.
El tribunal ha desestimado dictar multas porque el rapero, cuyo nombre real es Rakim Mayers, y sus dos acompañantes pasaron un mes en prisión. Pero los tres deberán pagar las costas y una indemnización al demandante de 12,500 coronas suecas (unos 1,300 dólares), una décima parte de lo que reclamaba.
El fallo rechaza que los acusados actuaran en defensa propia y resalta que atacaron a la víctima “golpeándolo y pateándolo”, aunque no considera probado que le dieran un botellazo en la cabeza o usaran fragmentos de botellas rotas en la agresión ni que actuaran en connivencia, como sostenía el fiscal.
“Haciendo una valoración global el tribunal cree que la agresión no ha sido de tal naturaleza que apunte a una pena de cárcel. Los acusados son condenados a penas condicionales”, señala.
“La situación probatoria ha sido compleja”, explica el tribunal en una sentencia unánime y resalta que el hecho de que no se haya podido probar el uso de botellas en la agresión ha influido a la hora de establecer la “gravedad” del delito.
El tribunal había insinuado que si Mayers era condenado, sería a una pena menor al dejarlo en libertad en la última vista de un juicio con repercusión internacional al haber intercedido por el rapero el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El fiscal pedía seis meses de prisión por agresión en grado normal con agravante de desconsideración, pena que debía ser algo mayor para Mayers por haber tirado al suelo y pisado a la víctima.
La defensa del rapero reclamaba la absolución, al considerar que habían actuado en respuesta legítima y que no se había probado que actuaran en connivencia ni usaran botellas.
La pelea se produjo el 30 de junio en el centro de Estocolmo, dos días antes de su actuación en un festival en la capital sueca.
La detención de Mayers, arrestado al término del concierto y que pasó a prisión preventiva dos días después, desató una ola de solidaridad en las redes sociales a su favor, con mensajes de apoyo de estrellas como Kim Kardashian y Justin Bieber, a lo que siguió la intervención de Trump ante el primer ministro sueco, Stefan Lövfen.
El ejecutivo sueco ha recordado repetidamente que en el país rige el precepto de la independencia judicial y que, por tanto, ni se puede ni se va a intervenir en un proceso.
Trump subió a continuación el tono, acusó a Löfven de inoperancia a través de su cuenta en Twitter y añadió que Suecia “ha dejado en la estacada a la comunidad afroamericana”.
En el juicio, al que también acudió la madre del rapero, estuvo presente un enviado especial estadounidense en casos de rehenes.