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Por JUAN T H

Altice

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, aseguró que la reelección presidencial no es un derecho humano, según determinó un estudio de la Comisión Europea para la Democracia o Comisión de Venecia, que analizó los casos de presidentes que se han reelegido alegando que la prohibición a la reelección era violatorio a sus derechos humanos.

No más preguntas, magistrado. Nada más que hablar. No se le viola ningún derecho humano a Danilo cuando la Constitución –su Constitución- le impide otro mandato.

Si fuera lo contrario la Constitución de todos los países no consignaran un periodo determinado para ocupar el cargo presidencial. Las dictaduras estuvieran justificadas porque nada le impediría la perpetuidad en la conducción de un país.

Los tiempos de los monarcas, emperadores, reyes y zares, pasaron  hace muchos años. El sistema político universal avanza con los tiempos.

En la República Dominicana cada presidente quiere una Constitución a su medida. Por eso ha sufrido decenas de modificaciones a lo largo de la historia. El propio Danilo la cambió en el 2015 para poder legalmente repostularse, algo que logró con un dudoso 62% que le otorgó su Junta Central Electoral.

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Como en el 2008, que juró por su “madrecita santísima” que no gobernaría más que por cuatro años, extendió a ocho su mandato y ahora quiere doce, luego querrá 16 y así sucesivamente hasta su muerte cuando lo heredará uno de sus nietos.

En Estados Unidos –modelo que adoptó la República Dominicana- es un mandato de cuatro años y la posibilidad de un segundo. Luego, nunca jamás. No se viola los derechos humanos de Obama, Clinton y muchos otros que han pasado por la Casa Blanca en muchos años.

En México, donde el PRI gobernó por más de 70 años, el mandato es de seis años. No más. En muchos países del mundo el mandato presidencial está consignado en sus  constituciones sin que se violen los derechos humanos de los mandatarios. Decir lo contrario es un disparate.

Quienes se quieren reelegir a sí mismos, es decir, sus posiciones en el gobierno, alegan que Danilo Medina puede reelegirse aun cuando él mismo dijo que no lo haría; aun cuando él mismo compró la modificación constitucional para la repostulación, lo cual no debió hacer si la tesis que hoy se predica tuviera asidero legal..

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De ser cierta la tesis que ahora se levanta maliciosamente, los derechos fundamentales de todos los presidentes del mundo estarían siendo violados. De ser como dicen los nuevos y viejos reeleccionistas, en el 2010 o en el 15, incluso hace un siglo, debió establecerse tal desconocimiento del derecho que tiene cada presidente a continuar eternamente en el cargo.

No es el derecho de Danilo el que se violenta, es el de todos los demás ciudadanos que no podrán “elegir y ser elegidos” como manda la Constitución. Y fue respetando ese postulado que Balaguer, Hipólito, Leonel y Danilo llegaron a la presidencia. Decir ahora lo contrario es absurdo, perverso y contraproducente, es auspiciar una dictadura para defender intereses mezquinos acumulados al amparo de la corrupción, el lavado de activo, el narcotráfico y la prevaricación.

Danilo tiene prohibido continuar en el poder. El Tribunal Constitucional no puede habilitarlo. Crearía un precedente funesto para la libertad, la justicia y la democracia. El Congreso, no volverá atrás. Danilo no tiene los votos para hacer pasar otra modificación constitucional. Y si lo hiciera a sangre y fuego, estaría provocando una ingobernabilidad que podría terminar con la débil y precaria democracia que aún vivimos.

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