Como un aporte del desarrollo a este municipio y la presencia de familiares, amigos y relacionados, un grupo de profesionales de la medicina, dejaron inaugurado el “Centro Diagnóstico Materno Fetal Licey”, en esta jurisdicción.
Las palabras de bienvenida y agradecimiento, en nombre de los accionistas, las pronunció la doctora María Severino, quien mostró satisfacción de los asistentes, en lo que definió como un grato momento de apertura de este espacio que han hecho con el esfuerzo de cada uno.
“El Centro Diagnóstico Materno Fetal Licey era un sueño para cada uno de nosotros, gracias a Dios coincidimos con ese deseo, donde nos hemos encontrados para proporcionarles a ustedes, a cada una de las usuarias y embarazadas de este municipio, sus alrededores, otros municipios y ciudades, el desarrollo en la atención”.
Explicó que la medicina materno-fetal ha tenido un avance en los últimos tiempos, lo que ha ayudado a cada médico a salir con mejores resultados en los seguimientos de sus embarazadas.
“La creación de este centro ha sido con el objetivo de traer calma a los médicos de este municipio y de otras ciudades, no obstante, también, proporcionarles a las embarazadas de aquí, un lugar cercano, sin tener que coger mucho estrés”, precisó.
La especialista agregó que este centro es un lugar que les garantiza seguridad y tranquilidad en la evaluación del embarazo, porque a través de la medicina avanza, ya que por la tecnología y el conocimiento que proporcionamos, así como la experiencia de los médicos que brindarán sus servicios, les garantiza una tranquilidad.
El centro ofrece los servicios de Sonografía, Cromosomopatías del Primer Trimestre, Sonografia Morfológica, Ecocardiografía Fetal, Neurosonografía Fetal, Sonografía Obstétrica con Cervicometría, Monitoreo Fetal, Sonografía 3-D, 4-D Y 5-D, entre otros servicios médicos médicos.
La bendición del edificio que aloja el centro, que está ubicado en la plaza comercial Richard, en la carretera Duarte #80, en el mismo centro de Licey, estuvo a cargo del padre Francisco Paulino.
Por Félix Parra