Tuto Tavárez
Santiago, RD.- Una mañana nublada que misteriosamente dio paso a un soleado mediodía, irradiando la misma paz con la cual vivió, el suelo del camposanto de la 30 de Marzo, recibió el cuerpo del padre del periodismo dominicano Domingo Saint-Hilaire.
Dominguito fue llamado a la morada del Señor, un último adiós doloroso para todos aquellos que conocieron sus dotes de hombre de bien.
Su paso por este mundo ha dejó huellas imborrables, que obligarán a recordarlo como el maestro de generaciones, el trabajador incansable, multifacético, el que prestó su micrófono para que otros hablaran y su pluma para que otros escribieran.
El Domingo Saint-Hilaire que su mayor orgullo era, que nunca le habían desmentido una noticia, porque se cuidaba de informar sin dañar.
Los designios del Señor se cumplieron con Saint-Hilaire y ayer, los hijos que él cargó como niños, lo llevaron en hombros al lugar donde su carne esperará la parusía de Cristo para volver a la vida.
Amigos de Domingo Saint-Hilaire, con voces entrecortadas y nudos en las gargantas, se esforzaban para darle una despedida que fuera un hasta luego.
Pappy Pérez y Chilote Llenas hicieron esfuerzos supremos por sacar palabras de sus corazones, para el expresar a Saint-Hilaire el dolor que deja su partida en todo un pueblo que lo respeta.
“Vamos a celebrar la vida de Dominguito y no su muerte”, coincidieron en señalar Pérez y Llenas, mientras en el medio de la sala fúnebre, un inconsolable Juan José Tejada derramaba llantos copiosos y su amigo César Delmonte y Consuegra se desplomaba en un rincón.
Cientos de amigos y compañeros de Domingo Saint-Hilaire, vinieron de todo el país, para acompañar a sus familiares en esta triste despedida, reconfortada por las expresiones unánimes de que el cuerpo inánime pertenecía a un hombre bueno y que vivió para servir a los demás.
Aquel amigo que disfrutaba de largos viajes, hizo un corto recorrido desde la Funeraria Blandino hasta el Cementerio de la 30 de Marzo, donde llegó en brazo de sus hijos Juan y Jean Pierre para ser despedido con palabras del periodista Alejandro García Ramírez y cantos de amigos y familiares que harán más llevadero el viaje.
Mientras ocho hijos: Doris, Santiago, Ángel Luis, Yovanna, Sandra, Junior (de nombre homónimo), Juan y Jean Pierre, miraron con los corazones lacerados, cerrarse el nicho que guarda la parte física de Domingo Israel Saint-Hilaire Pérez.
¡Ya descansa en paz, el alma de Domingo Saint-Hilaire!