Beber y fumar diariamente puede estar asociado con aumentos modestos en la edad cerebral relativa en comparación con aquellos que beben y fuman menos, según una nueva investigación publicada en la revista ‘Scientific Reports’.
Este estudio ha demostrado que ciertos hábitos de estilo de vida, como el tabaquismo y el consumo de alcohol, están asociados con efectos adversos en regiones cerebrales específicas. Sin embargo, no está claro cómo el consumo de tabaco y alcohol puede estar asociado con la edad cerebral, especialmente cuando se considera todo el cerebro.
El investigador del USC Stevens Hall for Neuroimaging Arthur W. Toga y sus colegas de la Universidad del Sur de California utilizaron métodos de aprendizaje automático y resonancia magnética para identificar la edad cerebral relativa en 17.308 individuos de 45 a 81 años cuyos datos se incluyeron en el Biobanco del Reino Unido. La edad cerebral relativa es la edad cerebral de un individuo basada en mediciones de resonancia magnética, en comparación con la edad cerebral promedio de sus pares.
Los autores encontraron que en 11.651 individuos sobre quienes se recopiló información sobre el tabaquismo, los que fumaban la mayoría o todos los días tenían una edad cerebral relativa más alta que aquellos que fumaban con menos frecuencia o no fumaban.
Cada grupo de años adicionales de fumar se asoció con 0,03 años de aumento de la edad cerebral relativa. Un año de paquete se definió como fumar un paquete de cigarrillos por día en promedio durante todo un año.
En 11.600 individuos sobre quienes se recopiló información sobre el comportamiento de consumo de alcohol, aquellos que bebieron alcohol la mayoría de los días tuvieron una edad cerebral relativa más alta que aquellos que bebieron con menos frecuencia o nada. Cada gramo adicional de consumo de alcohol por día se asoció con 0,02 años de aumento de la edad cerebral relativa.
Los autores advierten de que, además del consumo de tabaco y alcohol, otros factores ambientales y genéticos pueden estar asociados con la edad cerebral, por lo que se necesitan estudios en muestras más grandes para aclarar aún más estas asociaciones.