¿Te gustaría modificar tu color de ojos? Puedes recurrir a las lentillas cosméticas, pero también existen métodos permanentes. Sin embargo, los expertos advierten de que algunos de ellos son peligrosos y otros solo están indicados en casos muy concretos.
El color de los ojos puede cambiar de forma natural a lo largo de la vida, pero mínimamente. Nacemos con un tono más claro, que tiende a oscurecerse y estabilizarse hacia los 8-10 meses de edad. Al final de la vida puede producirse algún aclaramiento, si bien la tonalidad grisácea que caracteriza con frecuencia la mirada de las personas mayores no se debe a un cambio de color del iris, sino a lo que se conoce como arco senil, que es un arco gris o blanquecino por encima y por debajo de la parte exterior de la córnea que se debe al envejecimiento.
Más allá de esos cambios mínimos, el color de ojos se mantiene estable y solo adquiere una apariencia diferente por motivos traumáticos (en el caso de David Bowie, por un puñetazo) o por enfermedad.
Riesgos de la despigmentación del iris
Existen técnicas que permiten aclarar el iris de forma permanente con láser, pero no cuentan con el beneplácito de la mayoría de los profesionales sanitarios. “Los oftalmólogos no somos muy partidarios de la despigmentación del iris por motivos estéticos”, confirma Ángel Romo, oftalmólogo del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid.
Esta técnica se realiza mediante disparos de láser que se enfocan sobre una capa del iris en la que están los pigmentos que le dan color. Esos pigmentos pasan al humor acuoso y existe el riesgo de que, si se produce una obstrucción, el líquido no pueda drenarse y aumente la tensión ocular o se produzca un glaucoma.
Romo señala que estas técnicas “aclaran el color del ojo, pero el resultado final no es muy predecible”. Aparte del aumento de la tensión, se pueden producir inflamaciones intraoculares. El oftalmólogo comenta que, de vez en cuando, alguno de sus pacientes le consulta sobre estos procedimientos y su respuesta es invariablemente la misma: “No los recomiendo. Falla el concepto: aplicar un láser en una estructura sana para que pierda pigmento”.
Queratopigmentación: alternativa para ojos enfermos
Antes y después de aplicar a un ojo la técnica de queratopigmentación.
Existe otra técnica para cambiar el color de los ojos: la queratopigmentación o pigmentación de la córnea. Alejandra Amesty, directora médica de Vissum Alicante y miembro del equipo de investigación que ha desarrollado la técnica bajo la dirección del catedrático de oftalmología Jorge Alió, precisa que se trata de un perfeccionamiento “del tatuaje corneal, que se usaba desde hace muchos años, pero sin contar con los pigmentos adecuados”.
Ahora se han desarrollado pigmentos especiales, que son biocompatibles, para el ojo y la técnica ha evolucionado. “Antes solo se inyectaban en la superficie anterior de la córnea, pero con el nuevo método podemos introducir el pigmento dentro de la córnea con láser de femtosegundo”, explica la oftalmóloga”. En concreto, con el láser se practica “un túnel dentro de la córnea en el que se introduce el pigmento”.
La queratopigmentación está indicada, en primer lugar, en personas con problemas degenerativos del ojo que hacen que la córnea cambie de color, volviéndose más blanquecina. Hasta hace poco, estos pacientes solo contaban con lentillas estéticas o prótesis externas. En estos casos, el objetivo de la pigmentación con láser es, según Amesty, “terapéutica-cosmética”, ya que mejora el aspecto de ojos ciegos.
Mejor calidad visual
Otro supuesto en el que se practica es en aquellos ojos que ven pero han sufrido algún tipo de traumatismo que provoca defectos en el iris. También está indicada en personas que nacen sin iris (aniridia). En estos casos, la aplicación del láser también tiene una motivación cosmética, pero la oftalmóloga subraya otro fin de carácter funcional: mejorar la calidad visual al corregir la fotofobia que causa la falta de pigmentación del iris. “Se evita que la pupila esté permanentemente abierta”.
La indicación terapéutica-cosmética es la más habitual, mientras que la funcional -que incluye a pacientes con albinismo, que tienen un iris muy fino- representa en torno al 10-15 por ciento de los casos.
¿Y si una persona acude a la clínica oftalmológica y solicita un cambio de ojos por motivos exclusivamente estéticos? La respuesta es siempre un no: “No sometemos a un ojo sano que ve perfectamente a ningún riesgo”. No obstante, la especialista aclara que los efectos adversos de la queratopigmentación -con la que ya se ha tratado a entre 200 y 300 pacientes en España- son escasos: “En algún caso, tenemos que hacer algún retoque de color para lograr una simetría entre los dos ojos”.
Aparte de eso, como en cualquier cirugía oftalmológica, existe un riesgo de infección que se controla con antibióticos pre y postoperatorios. En todo caso, no existe el riesgo de glaucoma asociado a las técnicas de despigmentación que, según Amesty, “han caído en el desuso”.