Ola de frío extremo azota el medio oeste y la costa este de Estados Unidos
Temperaturas récord en Minnesota y alerta en grandes ciudades
Los pequeños pueblos mineros de Cotton y Embarrass, en Minnesota, registraron temperaturas extremas de hasta -39 °C, marcando uno de los episodios de frío más severos en Estados Unidos.
Una masa de aire ártico cubrió la costa este y el medio oeste del país desde la noche del sábado, generando condiciones climáticas peligrosas. Decenas de millones de personas se vieron obligadas a salir a las calles para limpiar las gruesas capas de nieve acumuladas por los intensos y gélidos vientos.
Amplias alertas de frío y heladas desde Nueva Inglaterra hasta Pensilvania
Las alertas de frío intenso y heladas se extendieron desde la región de Nueva Inglaterra -que incluye los estados de Maine, Nuevo Hampshire, Vermont, Massachusetts, Rhode Island y Connecticut- hasta Ohio y Pensilvania. Además, el Servicio Meteorológico Nacional (NWS) advirtió sobre la posibilidad de lluvia helada en Misuri y zonas hacia el noreste, según reporta Reuters.
Riesgo extremo para la salud por congelación rápida
El meteorólogo Dan Petersen, del Centro de Predicción Meteorológica del Servicio Meteorológico Nacional en Maryland, advirtió que en algunas zonas la piel expuesta al frío puede congelarse en tan solo 30 minutos. Esta situación agrava el peligro para quienes deben enfrentar estas bajas temperaturas sin protección adecuada.
Impacto en grandes ciudades y consecuencias fatales
Además de Minnesota, donde se registraron las temperaturas más bajas, más de 30 ciudades podrían haber experimentado récords históricos de frío durante la noche del sábado. Grandes urbes como Nueva York y Boston se vieron gravemente afectadas por esta ola de frío sin precedentes.
El balance preliminar reporta al menos 18 muertes vinculadas al clima frío y las intensas nevadas de los últimos días, reflejando la gravedad de la crisis meteorológica.
Impacto en transporte y educación por la tormenta de nieve
La tormenta provocó el cierre de cientos de escuelas y afectó gravemente los servicios ferroviarios de cercanías. El aeropuerto internacional John F. Kennedy de Nueva York permaneció cerrado desde el jueves hasta el viernes debido a la fuerte nevada que imposibilitó el uso de las pistas de aterrizaje.
Los meteorólogos advierten que el implacable frío no dará tregua y se espera que las condiciones empeoren durante el fin de semana. Sin embargo, para los residentes de las zonas afectadas, hay una luz de esperanza: se prevé un deshielo a partir del lunes, lo que podría aliviar la situación crítica.