Google multado con 150 millones de euros en Francia por prácticas anticompetitivas
Las autoridades francesas impusieron una multa de 150 millones de euros (equivalentes a 167 millones de dólares) a Google por abuso de su posición dominante en el mercado de publicidad digital. Esta sanción refleja la creciente preocupación en Francia sobre el poder de las grandes tecnológicas en el sector publicitario.
Autoridad de Competencia denuncia dominio “extraordinario” de Google Ads
La Autoridad de Competencia de Francia calificó la posición de Google en la publicidad en línea como un “dominio extraordinario”. El organismo regulador acusó a la empresa de prácticas anticompetitivas y abuso de poder, y le exigió aclarar las reglas de funcionamiento de su plataforma Google Ads para garantizar mayor transparencia.
Según la autoridad, “dado su dominio extraordinario, Google tiene una responsabilidad especial con usuarios y anunciantes, lo que implica que debe aplicar sus normas de manera objetiva, transparente y no discriminatoria”. Esta declaración fue recogida por medios locales, subrayando la presión sobre el gigante tecnológico para mejorar sus prácticas.
Contexto: investigaciones y medidas fiscales contra las grandes tecnológicas en Francia
Este caso se enmarca en un contexto más amplio de regulación y fiscalización a las multinacionales tecnológicas. En septiembre, Google acordó pagar cerca de 1.000 millones de euros para cerrar una investigación por fraude fiscal que llevaba cuatro años en curso en Francia.
Además, en julio, el Senado francés aprobó un impuesto del 3% sobre los ingresos generados en territorio francés por las grandes empresas tecnológicas conocidas como GAFA (Google, Amazon, Facebook y Apple). Estas compañías suelen ser criticadas por pagar impuestos relativamente bajos en varios países, lo que ha generado debates internacionales.
Reacción de Estados Unidos ante el impuesto francés
Por su parte, Robert Lighthizer, representante de Comercio de Estados Unidos, manifestó que la investigación estadounidense concluyó que el impuesto francés resulta “incompatible con los principios vigentes de la política fiscal internacional”. Además, calificó la medida como “excesivamente onerosa” para las empresas estadounidenses afectadas.
Este intercambio evidencia las tensiones entre gobiernos y grandes tecnológicas sobre la regulación y fiscalización global de estas compañías, un tema que sigue en la agenda internacional.

