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Hay algunos cánceres sobre los que se ha colocado una pesada losa en la que se puede leer: “no se puede prevenir, se diagnostica tarde, tiene una mortalidad muy elevada, no se puede curar…”. Así sucede con el cáncer de estómago, cuya letalidad sigue siendo muy alta porque en la mayoría de los casos se detecta en fases avanzadas. El motivo: sus síntomas iniciales son muy difusos y coinciden con los de diversas enfermedades benignas. Sin embargo, no es cierto que sea siempre inevitable; al contrario, hay margen para la prevención y la detección precoz.

Altice

Existen importantes factores de riesgo no modificables del cáncer de estómago, pero hay otros sobre los que sí se puede actuar. De hecho, la incidencia de cáncer gástrico en España y otros países ha descendido y se cree que puede achacarse tanto a cambios de hábitos como al tratamiento de infecciones que pueden favorecerlo.

Según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el de estómago fue el  quinto cáncer más frecuente del mundo en 2020, con algo más de un millón de nuevos casos y casi 800.000 fallecimientos. Esa cifra representa el 6% de todos los tumores.

En España se calcula que se han diagnosticado cerca de 7.000 casos nuevos durante 2022; unos 4.300 en hombres y 2.700 en mujeres. 

La variación geográfica en la incidencia de este tipo de tumores es muy amplia. Así, más de la mitad de los pacientes se concentran en Japón, Corea y China. También es un cáncer común en Sudamérica, Europa del Este y algunos países del Oriente Medio. En Europa, Estados Unidos, Australia y África es bastante menos frecuente. “Estas diferencias se deben principalmente a factores genéticos y ambientales, como el tipo de alimentación”, afirman desde la SEOM.

“El cáncer de estómago fue una causa de cáncer frecuente en España en el siglo XX, pero ha ido disminuyendo”, afirma Pilar Esteban, especialista de la Unidad de Aparato Digestivo del Hospital Morales Meseguer de Murcia y directora científica de la Comisión Web de la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD). “Actualmente, según datos de 2020, es el sexto cáncer diagnosticado en España -aproximadamente el 4,1% de todos los tumores-, muy por detrás de otros cánceres más frecuentes, como es el cáncer de colon, el de mama o el de pulmón”.

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Factores de riesgo no modificables del cáncer gástrico

Edad

El principal factor de riesgo no modificable del cáncer de estómago es la edad. Estos tumores se dan con mayor frecuencia en personas por encima de 55-60 años y la mayoría de ellas se sitúan en la franja entre los 60 y los 70 años. 

Por debajo de los 50 años de edad es menos frecuente, pero no despreciable. En teoría, tanto la incidencia como la mortalidad en los más jóvenes están bajando, pero algunos especialistas observan cierto aumento. “Cuando estoy en la consulta me da la impresión de que veo cada vez más pacientes jóvenes, sobre todo mujeres con tumores más agresivos”, aprecia Tania Fleitas, investigadora del grupo de investigación en cáncer colorrectal y nuevos desarrollos terapéuticos en tumores sólidos del Instituto de Investigación Sanitaria Incliva, en Valencia. Con el fin de corroborar si realmente es así, el grupo que dirige ha puesto en marcha el proyecto VERO, que profundizará en el estudio del cáncer gástrico en personas menores de 50 años para definir las características clínico-patológicas asociadas y analizar las características del tumor en este grupo de pacientes. Contará con la participación de 10 hospitales españoles.

Sexo

El sexo es otro factor de riesgo no modificable destacable, ya que este tipo de tumores son claramente más frecuentes en los hombres.

Genética

Los antecedentes familiares y genéticos de cáncer gástrico también tienen su importancia, aunque en menor medida que en otros tumores. Aquellas personas que tienen un padre, hijo o hermano con un cáncer de estómago tienen un riesgo aumentado de presentar esta enfermedad. Además, existen determinadas alteraciones genéticas hereditarias poco frecuentes que predisponen a sufrir este tipo de tumores.

Origen étnico

El cáncer de estómago es más frecuente en personas hispanas, asiáticas y de raza negra.

Factores de riesgo modificables del cáncer de estómago

Infección por la bacteria Helicobacter pylori

Entre los factores de riesgo modificables del cáncer gástrico destaca la infección por la bacteria Helicobacter pylori, que provoca inflamación (gastritis atrófica crónica) y úlceras en algunas personas y es una de las principales causas, especialmente de los cánceres de la parte inferior (distal) del estómago. El tratamiento con antibióticos para erradicar esta bacteria puede frenar esa progresión hacia la gastritis y el cáncer.

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Alimentación

El cáncer de estómago se ha relacionado con las dietas con un alto contenido en sal y alimentos conservados con métodos de ahumado, salado, encurtido y otros tipos de procesado, así como con el bajo consumo de frutas y verduras. 

Tabaco y alcohol

El hábito de fumar aumenta el riesgo, particularmente de los cánceres de la sección superior del estómago cercana al esófago. Se calcula que la tasa de cáncer gástrico es de aproximadamente el doble en los fumadores.

Por otro lado, el de estómago es uno de los cánceres cuyo riesgo aumenta con el consumo frecuente de alcohol.

Sedentarismo

El sedentarismo es otro de los factores de riesgo del cáncer de estómago sobre los que se puede actuar. De hecho, hay estudios que demuestran que la práctica regular de actividad física en el ámbito doméstico y en el tiempo libre se asocia con una reducción del riesgo de padecer tumores malignos de este órgano. 

Obesidad

Las personas con obesidad tienen el doble de probabilidades de sufrir un cáncer en la parte superior del estómago (la más cercana al esófago).

Cuando se estudian todos estos factores de riesgo modificables, los que se perfilan como principales impulsores de la disminución del cáncer de estómago en España y otros países son las mejoras en conservación de los alimentos (relegando a un papel menor los ahumados, encurtidos, salados y otras técnicas de conservación tradicionales) y la detección precoz y erradicación mediante el tratamiento con antibióticos de la infección por Helicobacter pylori

No obstante, los expertos advierten que no conviene bajar la guardia, ya que otros factores de riesgo relevantes, como la obesidad, el sedentarismo o el tabaquismo, siguen estando muy presentes.

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