Por Luis González Fabra
Contra todo pronóstico Pedro Sánchez es el Presidente del gobierno de España. Sin ser miembro del Congreso de los Diputados ni ganar unas elecciones.
Pedro Sánchez se ha presentado dos veces a elecciones generales. En ambas ocasiones perdió. En 1916 introdujo al Congreso una moción de censura contra Rajoy. La perdió.
En septiembre del 2009 se estrenó como diputado en el Congreso. Tenía 37 años de edad. En 2014 fue escogido secretario general del partido Socialista Obrero Español (PSOE) sucediendo a a Alfredo Pérez Rubalcaba. En 2016 renuncio a su curul y a la secretaria general del partido para no votar por Rajoy como gobierno alternativo ante el tranque electoral que se había presentado. Se fue a las bases del partido y en junio de 2017 volvió a la secretaria general imponiéndose en primarias cerradas a Susana Díaz y Patxi López que eran los favoritos de la cúpula del PSOE.
El joven dirigente político no tenía la más remota idea de que su vida cambiaria de un momento a otro sin el proponérselo. De hecho, se proponía asistir en el fin de semana una reunión del partido socialista de Portugal a celebrarse en ese país.
Y es que a Pedro Sánchez lo sorprendió la sentencia del caso Gurtel, una nube negra que seguía de cerca de Rajoy desde hace años pero que el nunca pensó que llegaría a arroparlo.
Este caso se trata de una trama de corrupción conformada por empresas que obtenían contratos de construcción y servicios en administraciones municipales y autonómicas donde el Partido Popular (PP), en el poder, tenía la administración.
Funcionaba una organización muy parecida a la que desarrollo aquí la Orderbreth. Conseguían los contratos mediante sobornos. Parte de ese dinero iba directamente al partido y servía para financiar campañas políticas y aumentar las cuentas bancarias de ministros y funcionarios.
Para el Presidente Rajoy esos eran hechos aislados y nunca presto mucha atención al caso aun cuando él fue citado y tuvo que declarar en el juicio. Fue el primer Presidente de España en funciones en declarar como testigo ante un tribunal.
Casi cuarenta imputados y más de 300 testigos desfilaron ante los jueces que tenían el caso a su cargo.
Los protagonistas de la trama eran tres: Francisco Correa, líder de la organización y por quien la policía española le puso al expediente el nombre de Gurtell que significa Correa en Alemán. Pablo Crespo, secretario general del PP en Galicia y Álvaro Pérez, identificado como ¨Bigotes¨.
La sentencia que dio a conocer el tribunal la semana pasada conmociono la partidocracia española y el ventarrón se llevó a Rajoy y a su gobierno permitiendo el ascenso de Pedro Sánchez.
Esa sentencia revela que el contacto de los tres principales era Luis Bárcenas, tesorero del PP quien en el proceso revelo la existencia de una “cajaB” en la contabilidad del partido desde donde se hacían pagos ilegales y se entregaba dinero sucio a los dirigentes, incluido Rajoy que aparece en una lista como M. Rajoy. El ahora ex presidente nunca se ha referido a su participación en esa nómina. Los jueces dicen en la sentencia que no tienen confianza en la declaración de Rajoy cuando testifico ante ellos, lo que equivale a decir que no le creyeron su declaración.
La sentencia distribuyo 351 años de cárcel entre 29 de los 37 acusados. Al tesorero Bárcenas le tocaron 33 años y 15 a su mejor, además de 44 millones de multa. A Francisco Correa 51 años. Crespo, 37 años y el otro socio “Bigotes” fue absuelto.
El partido Popular fue condenado a “título lucrativo” a una multa de 244 mil euros como haberse lucrado de la trama. El PP ahora tiene el dudoso honor de ser el primer partido de España en ser condenado por corrupción.
Sin embargo, la prensa española es muy reservada al mencionar que estos hechos delictivos se iniciaron y desarrollaron en la presidencia de José María Aznar y que los protagonistas y muchos de los otros imputados eran amigos cercanos del entonces presidente.
El pecado de Rajoy fue darle apoyo al tesorero Bárcenas y negar que su partido recibiera dinero de empresarios. Las investigaciones judiciales dejaron en claro que Rajoy mintió cuando hizo esa afirmación en el tribunal.
Con ese panorama el escenario estaba preparado para que Pedro Sánchez presentara su moción de censura. La ganara o la perdiera, tenia que hacerlo para que su partido recuperara el liderazgo de la oposición.
Las circunstancias favorecieron a Sánchez, un político audaz que teniendo solo 84 diputados logro hacer una alianza con los diputados de la ETA, los vascos, los independentistas de Cataluña y los anticapitalistas de Podemos, de tal manera que conformo un paquete de 180 votos, cuatro mas de los 176 que necesitaba para obtener la mayoría absoluta.
Y así obtuvo la presidencia de España sin comprometerse a llamar a elecciones por ahora. Y sin concesiones especiales a ninguno de los aliados. Simplemente todos querían sacar del gobierno de España a Rajoy y la corrupción.