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Banco Popular

Por Diego A. Sosa

Altice

Es una acepción que sale del inglés y significaría algo así como un adulto con prácticas de niño.

Esa dama que compra muñecas y el caballero que colecciona estampitas. Otra opción es comprárselos a hijos y sobrinos. Y la que es una prolongación: La bicicleta, los vestidos, etc.

–¿Es malo ser niño?

Para nada. Lo que puede ser contraproducente es no tener ciertos controles de nuestro dinero.

–¿Por qué, Diego Sosa?

El inconveniente de muchas desviaciones financieras es la parte emocional. Como cuando compramos algo que luego nos termina costando demasiado, que nos impide adquirir otras cosas que sí necesitamos antes, o nos lleva al camino de las deudas.

En la niñez es difícil que conozcamos las consecuencias negativas que puede traer una compra. Deseamos, pedimos y esperamos. Algunos no esperan y desesperan, una buena táctica para que los padres les compren su deseo. No tienen que preocuparse de que lo solicitado los pueda llevar por el camino equivocado.

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Cada vez los adultos toman más tarde nuevas responsabilidades. Vivir en el “hotel mamá” hasta pasado el meridiano ya es lo común. Aunque el dinero no les alcanza. La ropa, las salidas, el transporte, etc., hace que se esfume lo que ganan. Sin responsabilidades como una vivienda, una familia, hijos, creación de futuro, supermercado, entre otras, es muy fácil utilizar el dinero.

Videojuegos, consolas nuevas, teléfonos, aplicaciones, salidas… lo mismo que hacían en la niñez, solo que ahora con dinero propio, pero con dimensiones enormes.

–¿No quieres que disfruten?

Claro que sí, pero conociendo las consecuencias de sus acciones. Una niñez consciente es fabulosa.

No guardar una parte del dinero cuando se puede es un desperdicio. Luego: Quieren invertir, pero no han creado capital. Desean hacer un negocio, pero no tienen el dinero base. Quieren comprar una vivienda propia, pero no tienen el inicial.

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–¿Dónde quedó el 20% de todo lo que gané?

–En videojuegos, dulces (que de adulto son comidas), vestimenta acorde al grupo al que desea impresionar, invitaciones, regalos, salidas, etc.

Cuando comienzan las responsabilidades de mantener un hogar ya es tarde para reaccionar. Ahora sí es difícil guardar. Mucho más si ya se tiene la costumbre de utilizar todo el ingreso recibido.

Aprender a guardar una parte de manera automática y sistemática nos hace construir un capital sin darnos cuenta. Hoy hay suficientes productos financieros que nos evitan necesitar tener disciplina.

Mi sugerencia: Si quieres tener dinero, no esperes; simplemente, saca una parte de lo que ganas y envíala a una inversión de manera automática. Lo que sobra lo puedes gastar con tranquilidad.

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