A pesar de haber despedido ya a miles de empleados y de haber tenido unas semanas tumultuosas tras coger las riendas de Twitter, Elon Musk no parece haber saciado todavía su sed de sangre. El último en sufrir su ira ha sido Eric Frohnhoefer, un empleado que corrigió una de las bravatas más recientes del nuevo CEO desde su cuenta de Twitter.
El desencuentro entre ambos se produjo este domingo y comenzó a raíz de un tuit de Musk en el que el magnate sudafricano se disculpaba por la lentitud de Twitter en algunos países e insinuaba que eso se debía a una serie de llamadas a procedimiento remoto mal agrupadas. Frohnhoefer, un ingeniero que actualmente seguía en plantilla, no dudó en corregir a su jefe. “He pasado 6 años trabajando en Twitter para Android y puedo decir que esto es falso”.
I have spent ~6yrs working on Twitter for Android and can say this is wrong. https://t.co/sh30ZxpD0N
— Eric Frohnhoefer @ 🏡 (@EricFrohnhoefer) November 13, 2022
Así dio comienzo un intercambio de mensajes entre ambos en un hilo público de Twitter en el que Frohnhoefer explicó los diversos problemas técnicos relacionados con el rendimiento de la aplicación en Android. Un usuario de Twitter afeó a Frohnhoefer que corrigiese a su jefe en Twitter, a lo que este respondió: “Tal vez debería hacer las preguntas en privado. Quizás por Slack o por correo electrónico”. Horas más tarde, Musk publicó un tuit diciendo “Está despedido”, aunque lo terminó borrando más adelante.
Pero sin duda Musk anda estos días con el gatillo flojo. Otro ingeniero de Twitter, llamado Ben Leib, también fue despedido después de responder al mismo tuit inicial que había puesto Musk. Leib dijo “como el antiguo líder tecnológico para la infraestructura de timelines de Twitter, puedo decir que el nuevo propietario no tiene ni idea de lo que está hablando”. Y lo mismo le sucedió a Sasha Solomon, otra trabajadora que respondió al mismo tuit de Musk y que luego anunció que ella también había sido despedida.
Por el momento, las decisiones erráticas de Musk le están saliendo caras a Twitter. La red social ha perdido más de un millón de usuarios desde que el magnate sudafricano se hizo con el control, y los anunciantes están huyendo de la plataforma a toda velocidad. Igual empieza a ser hora de que Musk deje de gobernar a golpe de tuit y le de una nueva pensada a las cosas.